dijous, 19 de desembre del 2013

Capítulo XX: El pasado



Tenía razón mi abuela, iba a caer enferma, pero iba a hacerlos caer enfermos a ellos también.
Creeréis que es una exageración pasar este verano, y todo por una chica.
Pero no era solamente eso, si no que, cuando me iba a dormir y buscaba una sola razón para poder seguir adelante, recordaba todo lo que había pasado a lo largo del año, y no encontraba nada positivo. A parte de haber empezado a salir con mi niña.
En este año, me he enterado de que mis padres están separados desde hace 5 años, y han estado fingiendo para no hacerme daño (buen detalle, pero equivocado), pasa lo del tema de Mar, que tenemos problemas para estar juntas, le diagnostican a mi tía cáncer de mama, y mi abuelo fallece en Mayo, ese hombre que de un día para el otro quedó en silla de ruedas de por vida, tetraplegia se llama. El cual estaba loco por verme crecer, por pasar conmigo mi infancia y no pudo por la p*** enfermdad. El que siguió adelante, solo por verme crecer, aunque el no tuviera ganas de seguir de esa manera. No sabéis lo muchísimo que lo echo de menos. ¿Ejemplo a seguir? SE QUEDA CORTO. No hay nadie mas fuerte que mi abuelo y mi abuela, no lo hay. Para mi, no. Lo quiero demasiado, esté donde este, será siempre el mejor abuelo del mundo. No me ha podido llevar al parque, lo sé. Pero me llevaba encima de su silla de ruedas que corría que no veas, y yo flipaba. Y "por culpa" a esto, yo empecé a "madurar" antes de tiempo...
Bueno,
¿Sabéis que es pasar todo esto en un año? Seguro que alguien tiene mil cosas peores, pero este es mi caso, y para mi era lo peor que podía estar pasando.
Porque si yo fuera mala gente, mala influencia, etc.. pensaría, pues te pasa todo esto por el karma, porque te lo mereces. Pero es que creo, que nunca he hecho daño a nadie, excepto a mis ex’s, que era por cobardía mas que por maldad que les hacía daño.
Pero ese no es el tema, vengo a referirme que tal vez alguien piense;
No es para tanto…
Pero es que, no os exagero mis mayores miedos eran;
-La separación de mis padres
-Enfermedad a un familiar
-Muerte de algún ser querido mio
Y joder, que vinieron las tres cosas de golpe, no daba tiempo de asimilar una, que ya tenía otra encima de nuevo.
Estaba siendo el peor verano de mi vida, lo pasaba separada de mi padre, y para mi los veranos con el eran súper divertidos, cogíamos la moto e íbamos al paseo de la playa, íbamos a la feria todos juntos, nos levantábamos todos temprano y desayunábamos juntos, jugábamos a cartas hasta la madrugada, nos reíamos, éramos una FAMÍLIA.
¿Y ahora? De un año para el otro, nadie sonríe. Falta mi abuelo en la habitación, mientras pasaba la tarde viendo con el las series catalanas, que me encantaba verlas con el. Falta mi tía y yo riéndonos del vecino de arriba, que le llamábamos y no sabía de donde venían las voces. El ir con mi madre a dar vueltas con bicicleta, y estar todo el rato pegada a ella. El ayudar a mi abuela a arreglar a mi abuelo, y llevar su silla de ruedas conduciéndola por toda la casa.
El estar haciéndole la puñeta a mi abuela Conchita, que en verdad sé que se ríe.
Echo de menos eso, ser la familia que éramos. Bueno, que creía que éramos, porque todo era una mentira. Y ahora, aquí estoy, sentada en la terraza recordando en como era antes, en lo bien que estaba todo, y como estoy ahora.
He de darme cuenta de que las cosas ya no son como eran.
Ahora he crecido, tengo problemas, y me los he de solucionar por mi sola.
Me preparé una taza de tila, y seguí esperando a que el móvil sonara. Tal vez, algún día... mantenía la esperanza. Sé que volveré a saber de ella, lo sé.

                             

dilluns, 25 de novembre del 2013

Capítulo XIX: ¿Hundida? Es poco.



No sabia nada de ella, cuando digo nada es nada.
No había manera de saber si estaba bien, si estaba destrozada tal y como lo estaba yo, si me seguía queriendo. Por qué claro, a todo esto se sumaba mi preocupación a si me había olvidado. Pasó una semana, y no tenía noticias de ella. Decidí irme a mi pueblo (Cubellas) para alejarme de la monotonía de levantarme por la mañana, sentarme en el sofá a esperar que el móvil sonara, o un simple mensaje. No comer, porqué no comí nada en todo el verano. Y si comía era algo que daba pena verlo de lo pequeño que era. Por la tarde, lo mismo, sentarme en el sofá, sin hacer absolutamente nada, con el ordenador, escuchando música, o ni eso, ya que me “rayaba”. Y finalmente llegaba la noche, eran las últimas horas de esperanzas que tenía de qué sonara el maldito móvil. Pero no, nunca sonaba. No pasa nada Rebeka, mañana sonará, tranquila. Pero ese mañana nunca llegaba.
De acuerdo, me ha olvidado.
Pueblo->Verano->Fiesta->Chicos= Me ha olvidado.
No podía mas, no podía hacerme la idea de que no sabía absolutamente nada de ella, y cuando digo nada, repito, es NADA.
¿Sabéis lo que es pasar una semana entera sin saber absolutamente nada? Son siete eternos días, pensando que ella estaría con alguno, que podría haber conocido a algún chico que le hiciera sentir mejor que yo, alguien con quien le dejaran estar, alguien que le hiciera la vida mas “fácil”.
Pero no perdía la esperanza de pensar que tal vez, ella me echaba de menos al igual que yo.
Aunque si soy sincera, en esos casos, no se piensa eso. Lo pienso ahora que ha pasado todo. Pero en ese momento lo único que me pasaba por la cabeza era: cuernos, cuernos,cuernos.
Sé que ella no sería capaz de eso, pero quien sabe…
Pasé una semana fatal, iba a comer con mi madre y mi abuela para despejarme un poco, pero iba llorando a todas partes. Creo que tuve depresión, la verdad.
Finalmente llegué a mi pueblo, parecía que estaba un poco aliviada, ya que era otro rollo. Podía salir donde quisiera, a la hora que quisiera. Si me apetecía ir a dar una vuelta en bicicleta iba, si me apetecía salir pues también lo hacía. Pero que va, no había manera. No salía de la habitación de mis abuelos en toda la tarde. Con el móvil pegado, y viendo la televisión con mi abuela.  Empecé a crear diseños de mi tatuaje, el cual me iba a hacer unos meses mas tarde.
Era un cinco en números romanos, y un infinito ligado a el. En “honor” al día en que empecé mi relación con Mar.
Tenía ganas de hacérmelo para enseñárselo, pero en cuanto pensaba que tal vez, ella y yo ya no éramos nada, se me caían todas las ganas al suelo.
Estaba obsesionada con el móvil,  a cada dos minutos, y no exagero, le decía a mi madre, a mi tía, o a mi abuela, mirar la última conexión de la prima de Mar por favor, ya que como Mar me habló nada, dos minutos una noche, pues lo tenía.
Pero no había manera de que me hablara por ningún lado.
Hubo un día que no pude mas, mis ganas de levantarme de la cama, y de hacer vida normal eran tan pésimas que decidí arriesgarme a hablar con ella. Pero lo pensé mejor, y le pedí el favor a una amiga. Maria Fernández, no sabe lo muchísimo que se lo agradezco.
Si, la llamó. ¿Os soy sincera? No recuerdo lo que le dijo. Solo sé que me dijo mi amiga, que parecía que estaba con mucha gente, y que no la llamáramos a ese numero, porque la podían pillar.
Cuando me dijo eso Maria, empecé a montarme otra película yo sola.
No quiere que la llamemos, porque ya no quiere nada conmigo, y no sabe como deshacerse de mi…
Cogí el vaso de tila que me estaba tomando, y lo dejé en la mesa.
De fondo escuché la voz de mi abuela:
- Si sigues así vas a caer enferma...

No puedo más, pensé.


diumenge, 3 de novembre del 2013

Capítulo XVIII: Conversación y recuerdos


Rebeka: Ya lo se jefa, pero es que pensaba que te olvidabas de mi, durante el tiempo que no hemos hablado.. ¿A que hora te lo quitan?, ¿Para el viaje te lo dejan, para escuchar música durante el?
Mar: No, no me lo dejan, lo siento..
¡Que va, no me olvido de ti mi vida! Si he pensado todo el día y noche en ti y todo joder

Rebeka: Ya somos dos Mar.. mi tía iba a llamarte a casa y todo, como si fuera una amiga tuya y después hablar yo contigo. Mar te amo muchísimo, y ahora me doy más cuenta que nunca joder… Eres mi vifa, tio..
Mar: Jajajaja aprende a escribir!
Rebeka: Que estoy nerviosa joder, me tiembla todo

Mar: Que mona.. ¿porqué?
Rebeka: Porque te necesitaba nen, llevo desde el día 8 a las 20.43 sin hablar contigo.
Mar: Yo te juro que me desesperaba.. Ahora ni me miro con mi madre, bueno ya te contaré, que esto lo vera mi padre luego, voy eliminando mensajes.

Rebeka: Deja lo bonito! Jaja

Mar: Ya ya, Rebeka me siento culpable por irme sola… me iba a ir el diez en avión.
Rebeka: ¿Pero culpable porqué? No te sientas culpable de nada Mar, si te tienes que ir te vas y no pasa absolutamente nada. Donde tu estés mejor y mas a gusto es donde has de estar.
Mar: Rebeka te amo, lo siento me voy por nuestro bien…
Rebeka: Yo mas! Esta claro que si jefa, no te preocupes de verdad.
¿Cuándo te lo quitan?

Mar: No sé, pero podremos hablar una hora y media al día, media por la mañana y una por la tarde.

Rebeka: ¿Hoy por la tarde también? ¿O solo hablamos ahora?

Mar: Por la tarde también! Pero si hay algún día que no te hablo o lo que sea no te asustes mi vida.
Rebeka: ¡Vale vale! Pero inténtalo, por favor

Mar: Si, hablamos por la tarde.  Lo intento obviamente.

Rebeka: Vale, bueno, yo tengo el móvil todo el rato. Soy una tía pegada a un móvil.

Mar: Jajajajajajaj, ¡de acuerdo! Me quedan cinco minutos solo ya…

Rebeka: Pf vale.. Te amo
Mar: Yo mas. ¿Yo te voy escribiendo vale? Me desahogo en el papel.

Rebeka: De acuerdo... Tu tienes el Facebook lleno de textos… jaja
Pero oye,  ¿no estés mal ya vale? Tú sabes que estaré, y yo sé que estarás.

Mar: Rebeka me lo quitan, hasta luego.. TEAMO
Rebeka: Vale.. YO MÁS

Cuando dejé el móvil después de hablar con ella, empecé a llorar como nunca antes lo había echo. Al fin había hablado con ella, tres días sin saber ABSOLUTAMENTE NADA, aunque no era nada comprado, a lo que me esperaba..
Pasaron unos 2-3 días, volvía otra vez a no saber nada de ella. Le dijeron que le dejarían el móvil, y eso no fue así. Volvíamos otra vez a no saber nada la una de la otra, yo me preocupe porqué no tenía ni idea de porqué no se había conectado tal y como me dijo. ¡Que cojones esta pasando ahora joder!
Empecé a recordar todo lo que había pasado este año, analicé el año al completo.
Recordaba como empezó todo, las primeras conversaciones, las primeras miradas especiales, que aunque no lo sabíamos ninguna de las dos, esas miradas no eran como otras cualquieras. Empecé a recordar nuestro primer beso, lo especial que fue todo. Empecé a recordar cuando aceptó salir conmigo, el principio de una gran historia. Empecé a recordar como en cuestión de días las cosas empeoraron de una manera increíble. Empecé a recordar las peleas que teníamos en el colegio con los profesores. Recordé el día en que antes de acabar el colegio, tire la mesa al suelo, y empecé a chillar a todos los profesores que eran unos hijos de puta, por dejarnos sin excursión tanto a Mar como a mi, a saber por qué. AH SI, se me olvidaba. Por ser una pareja homosexual. Empecé a recordar nuestro último abrazo.
Y no podía evitar llorar, era imposible joder, la amo con locura.

Dos días mas tarde, sin saber nada aún de Mar, quedé con unas amigas para ir al cine y así despejarme.
Cuando empezaban los anuncios, sonó mi móvil. Era Mar, o eso creía. Era un número extraño,  desde una cabina. Cogí el móvil muy ilusionada. Era ella, al fin, su voz.
No recuerdo lo que me dijo, solo recuerdo que colgó muy rápido porque apenas tenía rato para hablar conmigo. Supongo que le dije que la amaba, y que me esperara el tiempo que hiciera falta…
Cuando colgué, algo dentro de mi hizo que no estuviera del todo satisfecha… No estaba muy convencida de su llamada, y empecé a pensar que ya no me quería, etc.
Por la noche, dormía con mi madre  en el comedor, porqué en la habitación me era imposible dormir. Solo hacía que llorar, y pensar en que me dejaría, en que no la volvería a ver porque iba a ir a otro colegio, etc.
Hablé con mi madre, no paraba de decirle: pero es que mama, no recuerdo nada de lo que hemos hablado, no se si estaba simpática, si estaba borde conmigo, si me ha dicho que me quiere, no recuerdo nada, y me da rabia.
Obviamente eso era de todo el estrés y nervios que llevaba encima, por no saber ni hablar con ella.
En cuanto mi madre se quedo dormida, fui a mi habitación, cogí la caja donde tengo TODAS sus cartas, empecé con la primera, no pude leer ni la primera frase. No era capaz de leerlas. No, no lo era.  Me dolía la cabeza de tanto llorar, es que joder, nunca me había pasado nada similar, NUNCA. Ahora se lo que es sufrir por amor. El Karma me estaba devolviendo todo lo que les había echo a mis ex’s. 

divendres, 18 d’octubre del 2013

Capítulo XVII: La conversación

Fui a dormir bastante preocupada, ¿Qué narices había sucedido?
Haber si es que le ha pasado algo y por eso se le ha desconectado el móvil. Paso el día entero y yo no sabía absolutamente nada de ella, NADA. Al cabo de tres días, es decir, el día 11, sonó mi móvil. Era un whatsapp, pero yo estaba tan cansada de abrir el móvil y ver que no eran de ella, que decidí no mirarlo. Después de unos cinco minutos por curiosidad miré… y efectivamente era ella. Maldita sea la hora en que no quise mirarlo desde un primer momento.
No pasa nada, seguía en línea… os voy a escribir la conversación;

Mar: Amooooooor, vida:’( joder tío me dejan esto solo media hora o así para hablar contigo. Te he escrito un montón de cartas. Tengo una mala noticia… hoy me voy a mi pueblo. Pero es por mi bien, es para coger fuerzas porque si sigo aquí haré una locura y no quiero. Contéstame por dios!

Rebeka: Pf mi vida joder.. no estaba, pf…¿allí podrás hablar? Pf te amo joder Mar, te amo

Mar: Rebeka en estos días no me dejaran el móvil pero a partir del 18 si, de todas formas te llamaré desde una cabina.

Rebeka: Vale pf… es que no se que decir… pf, como estás? Ayer iba a ir a verte, pero me dijeron que si iba se lo iban a decir a tu madre. Iba a ir a verte aunque fuera al balcón.

Mar: Mal estoy mal..

Rebeka: Enserio, pase lo que pase, un mes dos o tres, voy a estar vale? Pf, enserio nunca lo dudes, nunca!

Mar: ¿Lo que haga falta? Porqué yo si y estos días me he dado cuenta

Rebeka: ¿Cómo? ¿Lo que haga falta de que? No me entero. [Tuve un pequeño lapsus ahí]

Mar: Que si me esperaras lo que haga falta

Rebeka: OBVIAMENTE JODER MAR, ES QUE NO LO DUDES. COMO SI TENGO QUE ESPERAR AÑOS ES QUE ME DA IGUAL.

Mar: Yo me rayaba y pensaba, la Rebeka estará mal se pensara que no la quiero, que no quiero hablar con ella, y por eso no le hablo. Yo que se, me montaba unas paranoias. Y unos panzones de llorar día y noche.

Rebeka: Pf ¿no pienses eso porque se que no es vale? Joder Mar…
¿Tu hermana tiene móvil?

Mar: No, nos lo han quitado a las dos. De todas formas hasta el domingo podemos hablar una hora y media al día si me porto bien.

Rebeka: ¿Si? ¿Y eso? Pf lo necesito enserio “jefa”…
Mar: Te he escrito, te estoy haciendo un dossier con portada y todo jajajajajajaja

Rebeka: ¿Te dejan tus padres?

Mar: No, pero m’es igual

Rebeka: jajaja a vale!! ¿Y como es que te dejan el móvil?


Mar: Porqué me desespero si no, solo quería que no pensaras nada, que solo estoy castigada. Cuando te llame te lo cuento todo!

[[Continuará....



dilluns, 14 d’octubre del 2013

Capítulo XVI: De mal en peor

El verano prometía ser una grandísima mierda, aunque en un principio, iban a dejar vernos. O eso se suponía… Pero no, finalmente todo eso fueron palabras que no se cumplieron.
¿El por qué? Porqué sucedió una cosa bastante fuerte, para decirlo de una manera.. que no me parece correcto ponerlo aquí, así que mejor lo dejamos en que paso una cosa bastante fuera de lo normal, que hizo que la opinión de vernos Mar y yo en verano cambiara.
Así que lo único que nos quedaba era vernos a escondidas, hablar por Facebook y WhatsApp y poquísimo más.
Un día de verano, no recuerdo cual fue, solo sé que hacía poco que se había acabado el colegio, por lo tanto, no hacía mucho que no nos veíamos.  Pero para mi era demasiado, ya que la solía ver día tras día.
Yo la verdad es que necesitaba estar con ella, los días de rutina no me daba cuenta, ya que estaba a todas horas a su lado, y sabía que la tenía a 10 pasos de mi clase.
La necesitaba porque para mi ella era, es y será mi apoyo. Y yo no estaba pasando un buen momento, mis padres se separaron, mi tía tuvo cáncer, y mi abuelo falleció, no… no era un buen momento. Y de repente, de un día para el otro, también dejo de verla. Pues yo creía que me hundía, y sabía, y tenía el presentimiento de que iba a ser una mierda de verano. No me iba a equivocar. Después de que acabara el colegio, solo la había visto dos veces, y ahí se iba a quedar la cosa.
Una noche como cualquier otra, se conecto eso que eran 3 de la madrugada, ya que había estado borde conmigo todo el día, y yo estaba bastante preocupada. Se conectó, y eso me hizo extrañarme tanto, que creí que me iba a dejar. Me puse a llorar, y ella no entendía nada (estábamos en la cámara web).
Me tranquilizó, diciéndome que no pasaba nada, que estaba conectada porque le sabía mal haber estado “borde” conmigo, y mira…
Estábamos hablando, con la cámara puesta, yo con el miedo de que su madre la pillara con el ordenador por supuesto. Porqué a las 22.00 ella ya no podía estar con internet.
Eran las 4 de la madrugada, cuando ya se estaba despidiendo. Que oigo un:
¿Qué estas haciendo? Y oigo como la tapa del ordenador se cierra de golpe.
No puede ser, la había pillado. La había pillado con el ordenador… me quedé en shock toda la noche, esperando que se conectara, aun sabiendo que no lo haría.
Lo que nos faltaba, ahora que la hubiera pillado hablando conmigo a las tantas de la noche.
No pude dormir en toda la noche, no pude… Y por lo visto, ella tampoco.
Al día siguiente, se conecto a través de WhatsApp, le habían quitado el ordenador, así que el vernos por Cam también se había acabado.
Los días los íbamos pasando lo mejor que podíamos, echándonos de menos mutuamente, e intentando hacerlo lo mas ameno posible.
Hasta que un día, para ser exactos, 8 de Julio de 2013 a las 20.38, dejo de hablar sin saber porque. Me quedé bastante desconcertada, no sabía que hacer, no entendía nada. ¿Qué le habría pasado? ¿Otra vez le habían pillado?
Tenía el presentimiento de que no volvería a hablar con ella hasta dentro de mucho tiempo.





dissabte, 5 d’octubre del 2013

Capítulo XV: Todo esto es muy duro… mucho.

Todo el año pasó más o menos igual, no había ningún tipo de cambio.
El año pasaba tan deprisa… aunque fuera ir al colegio, madrugar, aburrimiento, etc… yo no quería que acabara ese año, porque sabía que lo que iba ha ocurrir luego, no sería para nada  de nuestro agrado.
Iba ha llegar el verano, eso suponía no vernos. Para mi era un martirio el pensar que el año que viene no la vería todos los días, incluso que ha lo mejor la veía una vez a la semana o menos.
Llegó el mes de Junio, el miedo  se apoderaba de mi, y creo que de ella también.
Ya quedaba menos para que acabara la escuela. Yo tenía claro que el año que viene no iba a seguir allí, ya que no estaba dispuesta a seguir allí más tiempo.
Ella tampoco iba a quedarse, o bien porque no podría estar en el instituto sin mi (todos los recuerdos) o por que no le iban a dejar quedarse por esa zona, sabiendo que estaba yo.
Se acercaba cada vez mas el fin, la hora de despedirnos de esa escuela, la hora de despedir los días enteros juntas, los patios abrazadas, cuando me esperaba en la esquina del colegio a que llegara del bus, la hora de no volver a escuchar mas sus gritos a las 8.25 de la mañana, que aunque me ponían de mala leche, me encantaban. No volver a verla al salir de clase, no poder pensar: mañana la veo de nuevo, se me caía el mundo encima solo de pensar todo eso.
Llegó el día de la última excursión que teníamos con el colegio, íbamos a la piscina. Después de esa salida, llegaba el momento de despedirse. De despedirse sin saber cuando nos volveríamos  a ver. No podía pensar en el momento en el que veía como se iba sin saber cuando volvería a verla. Era demasiado para mi. Después de 9 meses viéndola día tras día, 9 horas diarias. ¿Qué haría sin ella? No lo sé.
Pasamos toda la hora sentadas en la toalla, hablando y aprovechando TODO el tiempo posible.
¡VAMOS RECOGER, SON LA UNA, HEMOS DE IR PARA EL COLEGIO YA!
Mi estomago dio un vuelco, mi garganta noto el típico nudo que sientes cuando quieres llorar, note como el cuerpo por dentro estaba frío (me sucede siempre que me asusto, o sé que va ha suceder algo que no me gusta). Recogimos todo, y llegamos al paseo donde ella ya se tenía que ir porque la estaban esperando en el coche.
Se paró en seco delante del coche de su padre, en el que estaba el dentro, y me abrazó. Al instante se puso a llorar como nunca antes la había visto.
Le dije que se tranquilizara, que yo nunca iba a dejar que no nos viéramos en mucho tiempo, y que la amaba. Estuvimos abrazadas unos cinco minutos, y no exagero. La gente pasaba por alrededor y nos miraba extrañados, pero no me importaba, para mí en ese momento, solo estábamos ella y yo, y lo que opinaran los demás,  estaba de más.
Va márchate, has de irte. Te están esperando…
Le dije, cuando ya noté que iba a ponerme a llorar y no quería, porque tenía que mostrarme fuerte, si yo lloraba, ella se hundiría el doble, y eso no es lo que quería.
Me mató tanto verla llorar de esa manera, de verdad, es lo peor que he podido vivir. Ver a la persona que quieres, que amas, llorar de esa manera… y por ti, no sé, no puedo explicarlo. Es muy doloroso.
Nos abrazamos muy fuerte, en señal de que ya se tenía que ir.
Te amo muchísimo.- dijo
Yo muchísimo mas y lo sabes.
Y se fue, y yo me fui lo más rápido posible, sin mirar atrás, porque sabía que si miraba iba a ir corriendo detrás de ella de nuevo. Me giré de golpe para ver si la veía, pero ya no estaba.
Ya no la veía.
Hasta… hasta no se cuando, pensé. Te echaré de menos.




diumenge, 29 de setembre del 2013

Capítulo XIV: La increíble eres tu

A partir de ahí, de ese día, las cosas se tenían que hacer con mucho cuidado, con demasiado  creo yo.
Empezaba el miedo a que volviera a suceder lo de aquella tarde, empezaba el miedo a que la pillaran con el ordenador hablando conmigo, empezaba el miedo a que por alguna razón se la llevaran a vivir a otro lugar, empezaba el miedo a que hicieran mas por separarnos.
Empezaron a decirse cosas sobre mí, las cuales no eran ciertas, obviamente, que supongo que se decían para intentar dejarme mal y dejarme como una mierda, hablando claro, delante de la gente. ¿Por qué? Os dejo que lo penséis, y me lo digáis, porque yo aun no lo entiendo.
Vamos a ver, ¿que he hecho yo, aparte de enamorar a vuestra hija, hacerla feliz, hacerla sonreír, y tratarla como se merece? Si, siempre me hago la misma pregunta, y me la seguiré haciendo hasta que encuentre una maldita respuesta. NO HE HECHO NADA, NA-DA.
Y me siento impotente, y tengo rabia dentro, al saber que hay un grupo de personas, que tienen una visión de mí que no es la correcta, que a saber si lo van diciendo por ahí, y yo quedo como una mierda, que es como me han dejado, por el simple echo de haber enamorado a una chica. No se si me explico, no quiero dar detalles tampoco, porque sería dejar en evidencia y ser maleducada, y yo de eso tengo mas bien poco. Porqué he aprendido, que aunque no me respeten yo respetaré, ya que así, quien queda mal, no soy yo.
En fin, a lo que iba, que me voy del tema.  Teníamos que ir con mucho cuidado, ya que si en algún momento nos pillaban hablando juntas, la habíamos cagado, hablando finamente.
Los días eran siempre iguales, eran perfectos porque estaba con ella, al llegar casa hablábamos toda la tarde hasta las 22.00horas.
Un día, debido a que yo creo que ella no podía mas con la presión, decidimos fingir haber cortado (solo con sus padres) para haber si así las cosas se calmaban un poco.
Decidimos hacerlo, creo que al principio no lo creían mucho, pero bueno…
Hasta que un día, estábamos en la “webcam” y la vi llorar, pero no sabía porque era.
¿Qué te pasa? ¡¿Qué te pasa joder, respóndeme?! Pf…
A lo que alzó la vista mirando a la cámara y me dijo:
Que me han pillado las cartas Rebeka joder…
Supuestamente no estábamos saliendo, y ella, me estaba escribiendo unas cartas, las típicas que me escribía en clase, que tengo unas 60, y bueno, pues se las habían pillado.
Eso significaba que, era mas desconfianza hacía ella, ahora les había mentido por segunda vez, y volvemos otra vez al follón de nuevo.
Sonara raro, pero yo no sufría por no volver a verla, por no poder hablar con ella, yo sufría solo por ella. Por como estaba, por todo lo que ha aguantado y lo que esta aguantando, por su bienestar mas que nada.
Tengo que agradecerle y devolverle tantas cosas… pero tantas, que no sabré nunca como hacerlo.
ELLA es la INCREÍBLE de la relación, si no fuera por ella, nada de esto existiría.
Si estas leyendo esto (que sé que si) quiero que sepa todo el mundo que lea esto, que eres la chica mas increíble que hay, que eres la pareja que todo el mundo desearía tener, y que gracias por hacerme tan feliz, y aguantar todo lo que aguantas por seguir con esta relación.
Eres TODO lo que necesito para sonreír, y si, dependo de ti. No esta bien depender de alguien en la vida, pero lo siento, tu has conseguido que esto sea así.
No quiero que desaparezcas nunca, quiero que estés siempre conmigo, por favor. Sonará egoísta tal vez, pero sé, que como yo te quiero, te querré y como yo te trato, no lo va a hacer nadie. Porque tu te mereces el mundo entero, y yo prometo dártelo poquito a poco.

dissabte, 28 de setembre del 2013

Capítulo XIII: Menos mal, estás aquí…

Me la encontré.
Nos quedamos las dos totalmente paralizadas, con el único pensamiento de:
Uf, menos mal, esta aquí.
Ella tenía la cara igual que la mía, o incluso peor. Si, yo creo que peor.
La vi y solo pude decirle:
Pf menos mal estás aquí, te amo, luego vengo a por ti. Y la abracé.
No pude dejar de pensar: Gracias Dios menos mal que ha venido, gracias.
Esa noche, a pesar de no creer plenamente en Dios, estuve pidiéndole sin parar que por favor al día siguiente quería verla, quería saber como estaba, y ocurrió.
Fui a clase a dejar la mochila, pero sinceramente, aun no podía creer que la había visto.  Había pasado la noche llorando creyendo que no la iba a ver nunca más, diciéndole a mi madre que era imposible volver a verla, que no podía creer que de un día para el otro hubiera sucedido eso. Fue la peor noche de mi vida, y la de ella estoy segura que por desgracia, también.
Necesitaba que pasaran las dos horas de clase que había antes de que tocara recreo.
La primera hora la pasé hablando con la directora, explicándole lo que había pasado el día anterior, TODO.
Obviamente, no sirvió de nada, como todo lo que contabas en ese colegio. Pero no pasa nada, lo único que me importaba es que ella estaba allí, en el instituto, que la podía ver.
Llegó finalmente la hora de patio, fui a buscarla a clase, y fuimos al patio.
Como siempre, como si fuera un día normal, me senté con la espalda en la pared, ella delante de mí, y yo la rodeaba con los brazos. No sabía que decir, era todo tan extraño, todo lo que había pasado el día anterior paso tan rápido, que no me dio tiempo ni ha asimilar que ella estaba allí conmigo.
No recuerdo para nada la conversación que tuvimos, creo que es cierto eso que dicen, que el cerebro borra las malas experiencias, o intenta que las olvides. No es que crea que es cierto, es que lo es. Yo no recuerdo nada de aquellos días, solo cosas puntuales y que me han ido recordando.
Me contó que había pasado la peor noche de su vida, que creía que yo pensaba que lo nuestro había terminado, que nosotras ya no éramos una pareja.
Le dije que no pensara eso ni de broma, yo en ningún momento había pensado que habíamos cortado. Al contrario. Para mi eso era una dosis extra para seguir luchando por estar juntas.
Ese día empecé a decirle una frase a mi novia, que siempre se la recuerdo, por si algún caso vuelve a suceder algo similar:
Voy a esperarte el tiempo que haga falta, uno, dos tres, cuatro meses, un año. No me importa. Voy a estar aquí, ¿de acuerdo? Nada ni nadie nos va a separar, porque nosotras separadas somos fuertes, pero juntas somos invencibles. 


dimecres, 25 de setembre del 2013

Capítulo XII: As long as you love me

Ya empezaron las cosas a ponerse “feas”, empezaron a surgir indirectas de que ella conmigo no tenía que estar, que yo soy una chica, que ella no es lesbiana, que no lo tiene claro, que esta confundida.
Yo me lo temía que eso ocurriría, tarde o temprano, pero iba a suceder. La aceptación, o no aceptación. Por desgracia, no fue aceptado.
Ya lo sabéis, pero ella es heterosexual (ahora no, pero en su momento si) y claro, en parte entendía que fuera una sorpresa bastante fuerte para ellos, ya que creo que era lo último que se esperaban.
Al principio era todo bastante “light”, con eso vengo a referirme, pues, que no querían que estuviera conmigo, pero se podía “aguantar”. O eso parecía.
Ahora me traslado ya ha el mes de Enero, un mes después de todo.
Nosotras seguíamos juntas, a medida que pasaban los días, se iba aceptando cada vez menos, aunque podría haber sido al contrario, pero no, no fue así. Pasamos todas las navidades distanciadas, no nos podíamos ver, “obvio”, y en cuanto volvimos al cole estaba loca por verla.
Un día 14 de Enero, podía parecer un día cualquiera. Pero os aseguro, que iba a ser uno de los peores de nuestras vidas.
Salimos del colegio a las 13.35, como cada día, y nos dirigimos a comer. Comimos, y a las 14.40 aproximadamente, llego ella. Recuerdo perfectamente que ella iba con una sudadera Adidas negra y rosa, y yo con chaqueta Adidas negra.
Estaba ella sentada encima de mí en un banco de delante del colegio, estábamos con el grupo de amigos. Pero una llamada, era lo que iba ha convertir una relación en un infierno.
Era su madre, que aquella tarde no iba a la escuela, que tenían que hablar.
Me flojeaban las piernas. Era hora de entrar a la escuela, me flojeaban las piernas. Me esperaban por delante dos eternas horas, dos horas que iban a pasar lentísimas.
Finalmente sonó el timbre que indicaba que habían finalizado las clases por hoy, salí corriendo a por mi amiga Sandra, cogimos la mochila del colegio y de deportes de ella, y nos disponíamos a ir a entregársela.
Al salir, vi que estaba ella con su madre. Que me hizo una señal con la mano, como para que fuera para allí. Mientras mi novia, me hacía otra señal negándome que fuera.
- ¿Que plan tienes con mi hija? Me dijo.
No entendí muy bien que me quería decir, sinceramente, estaba tan nerviosa y cagada hablando mal, lo siento, que no lograba entender nada.
Vi a mi novia con la cara descompuesta, de haber llorado, y era todo demasiado irreal.
-¿Cómo que qué plan, a que te refieres? Contesté confusa.
Después de ahí, os prometo, que si os soy sincera, no recuerdo nada.
Lo último que recuerdo es:
-Si la quieres déjala en paz, déjala tranquila. Esta confundida, ella no sabe lo que quiere. No es como tu, tu la estas confundiendo. No la vas a volver más. ¿Déjanos tranquilos, vale?
Y yo le dije:
¿Pero tu me quieres, o estas confundida?
Mi  novia asintió, que ella estaba enamorada de mí. Que no estaba confundida.
A lo que volvió a “interrumpir” la madre, diciendo que no, que estaba confundida.
Así tal vez, puede parecer una conversación súper cordial, súper pacífica, pero creerme que no.
Ahora si que sí, lo ultimo que recuerdo es a mi novia irse para el coche llorando, sin poder mirar atrás ya que no la dejaba. Lo único que pude hacer es sentarme al suelo a llorar, no podía hacer nada más. Recuerdo muchísima gente a mi alrededor, muchísima. Gente diciendo: ¡DEJARLA EN PAZ JODER, LA AGOBIÁIS! ¿Qué te pasa Rebeka, que ha pasado? ¡Joder… la que se ha liado!
No se el porqué, me levanté, fui a una farola y empecé a pegarle patadas y puñetazos, después a un árbol exactamente lo mismo.
Ella lo estaba viendo todo desde el coche, ya que aun no se habían ido.
Me senté en un banco a tranquilizarme, a lo que paso el padre, sin mirar, como es normal.
Mis amigos Sandra y Miguel Ángel, me dieron la opción de ir al trabajo del padre, a hablar con el. A ver si se podía entender algo.
Yo me esperé en las escaleras, pensando que no podía estar pasando, que eso tenía que ser una pesadilla.
Los escuché bajar.
¿Qué tal ha ido, que ha dicho? Dije con alguna esperanza.
Que ella es más de ellos que tuya, que lo siente, pero es así.
Subí al autobús, no sabía que hacer. Sinceramente, si me metía en casa iba a hacer alguna locura. 

Llegué y me puse a llorar desconsoladamente.  Puse la música a tope, para ser exactos, la canción de LightHouse Family – High (forever you and me) y As long as you love me de Justin Bieber.
¿POR QUÉ? Joder, ¿que he hecho de malo? ¿Le he hecho daño, le he pegado, la he puesto en contra de ellos, la he llevado al mundo del alcohol, al de las drogas, soy mala gente…? Lo que mas me molestaba era eso. 

Que yo solo la estaba haciendo feliz, y por eso, solo por eso, me han separado de ella.
Fui al trabajo de mi tía, ya que trabajaba en un centro de psicología y logopedia, y necesitaba ir a algún centro no estar en casa. Me dijeron que lo que había hecho la madre era denunciable, que un adulto no puede hablar a una menor amenazandola, pero yo no quería liarla más. Aunque fuí idiota por no denunciarla.
 No podía parar de llorar, no me había pasado JAMÁS algo similar, jamás.
Llegué a casa tras tranquilizarme un poco, no podía dormir. 

Ella no tenía ni móvil, ni ordenador, ni nada que pudiera hacerme saber como estaba. Aunque era obvio su estado. 
Hablé con su hermana, y me dijo que no iría al instituto al día siguiente, que estaba castigada sin ir al instituto. ¿Suena irónico, no?
No pude dormir en toda la noche, me levanté de la cama a las 07.00 de la mañana, encendí el ordenador, y puse a reproducir la canción As long as you love me, una y otra vez. Fue mi mayor apoyo.
Fuimos dirección al instituto, mi madre, mi tía y yo, para hablar con la directora de lo que había sucedido. Estaba hundida, sabía que hoy no la vería, fui a la frutería a comprarme una manzana, ya que no había comido nada de nada desde el día anterior a las 14.00 horas.
Decidí ir a dejar la mochila arriba a clase, por el pasillo me iba encontrando a gente, me paraban. ¿Qué tal estas? ¿Mejor?
No podía disimular mi cara, hinchada, ojeras… No no estoy bien, gracias. He de ir a dejar la mochila, contestaba.
Cuando estaba llegando al final del pasillo, dispuesta a girar ya para entrar al pasillo de mi aula…
 

dilluns, 23 de setembre del 2013

Capítulo XI: Empieza el cambio, toca empezar a luchar

Para mi estar en el instituto ya empezó a ser muy incomodo, bastante incomodo. Tenía la sensación de que todo el rato nos vigilaban (sensación cierta), y no me sentía para nada a gusto. Estábamos en el patio, y un profesor delante paseando, vigilando. ¿Hace falta? No, creo que no.
Llegó Diciembre, exactamente el día 21 de Diciembre.  El supuesto fin del mundo, y en verdad, aunque no teníamos la menor idea, eso iba a suceder en cierta manera.
Era hora de recoger las notas, habíamos quedado para comer un grupo de gente al acabar la entrega y luego yo me iba a quedar con ella por ahí, dando una vuelta, o pasando el rato.
Llego la hora de que entrara ella, la verdad es que yo estaba bastante inquieta ya que no sabía que podría ocurrir allí dentro.  ¿El tutor diría algo? ¿Qué pasara si se enteran? No podía dejar de pensarlo.
Yo ya no estaba en la escuela,  me fui a buscar a una amiga mía al instituto, lo cual significa que no sabía absolutamente nada de ella.
Estaba demasiado nerviosa, no sabía si vendría a comer, no sabía que iba a ocurrir.
Hasta que de pronto me entero de que ella si que vendría, me alivió bastante el saberlo.
Cuando llegó ella en el autobús y se bajó, me dijo:
He de contarte algo.
Yo ya me temía lo que había sucedido, así que me “preparé” para escucharla.
Mi tutor lo ha dicho, siguió.
Estábamos en la entrega, y ha dicho:
¿Cuenta lo que haces con Rebeka en los pasillos,no?
Y yo he contestado, pues que besarte. -Acabó.
Puedo recordar como por dentro pensé, la hemos cagado, sinceramente.
Pero eso no era lo peor, tuvo que decirlo. Tubo que decir que yo era y soy su pareja, y bueno…
La verdad es que no quiero imaginarme la situación, no quiero imaginarme los pensamientos que rondarían por ahí en esos momentos, y tampoco quiero imaginarme las caras al decirlo.
Me contó que en teoría no la iban a dejar venir a comer, porque sabían que iba yo, pero consiguió venir. 
Pasamos el mediodía juntas, y parte de la tarde también.
Fue un día genial, la verdad. Recuerdo que ella tenía el móvil en silencio, y cuando fue a mirar la hora, vio que tenía unas 6 llamadas perdidas, y tuve que salir corriendo para evitar que me viera con ella.
Ese día empezó ya el tema de ir corriendo por los sitios, para evitar que me vieran con ella, etc. Faltaba poco para que todo eso que creíamos que nos iba genial, que era precioso y perfecto, se acabará.
Empezaba la hora de luchar por lo nuestro, y no darnos por vencidas en ningún momento.
Iba a ser duro, muy muy muy duro. Pero me quiere, la quiero, nos queremos, queremos estar juntas ¿hace falta algo más? No, no hace falta nada más. Paciencia, solo eso.

Desde ese día, creo que nos propusimos una cosa… Para ti yo, y para mi tú. Siempre, pase lo que pase.



                        

diumenge, 22 de setembre del 2013

Capítulo X: Iba todo demasiado bien para ser verdad

Estaba viviendo un sueño, estaba saliendo con la persona que se había “apoderado” de mi en tan solo unos minutos, estaba saliendo con quien me decían que era imposible.
Los días que pasaba junto a ella en el instituto eran perfectos.
A las 8.25 nos encontrábamos, entrabamos juntas al instituto, me acompañaba a clase y yo esperaba mirando en la puerta como llegaba ella a la suya, deseaba que fueran las 10.20 para poder estar con ella en el patio, me encantaban los patios con ella. Me sentaba, ella delante de mí, y la abrazaba. Me podría quedar así días y días, no me importaría sinceramente.
Luego subíamos a clase de nuevo, en cuanto podía escaparme iba a verla, porque la echaba tanto de menos aunque solo hiciera 1 hora que no la veía… Llegaba la 13.35, y nos íbamos a comer, y a las 14.40 nos volvíamos a encontrar en aquel parque de delante del colegio. Me encantaba cuando la veía venir por el paseo.
Todo era increíble, mejor de lo que nunca había imaginado.
Una tarde como otra cualquiera, cambiaría nuestra suerte.
Sonó el timbre de las 16.50, lo cual quiere decir, que el horario escolar había terminado. La fui a buscar a clase, ella salió tarde, por lo tanto, ya no había tanta gente como normalmente había por los pasillos.
En cuanto la vi, la bese, para despedirme, como es lógico. Ya serían alrededor de las 17.00 horas.  Con la “mala suerte” que una profesora nos vio.
Que sea la última vez que volvéis a hacer esto en el colegio, dijo.
¿Enserio? Hay miles de pareja comiéndose la boca en medio del pasillo, en horario escolar, y ahora que yo le doy un simple beso delante de dos personas, y  tu, querida profesora, ¿me vienes a decir esto? Me ofendió, me ofendí muchísimo. Así que decidí que eso no se iba a quedar así.
Al día siguiente, fuimos a hablar con la directora, a explicarle lo que había sucedido. Maldigo el día en el que se me ocurrió ir, porque a raíz de ahí, ya empezó todo.
Nos dijo que estuviéramos tranquilas, que no mal interpretáramos lo que dijo esa profesora. Que no tenían nada en contra de las parejas homosexuales (PERMITEME REÍRME EN TU CARA, FALSA) y que olvidáramos el tema.
En un primer momento, la creí. Bueno, la creímos, o eso creo.
Aunque perdió toda la credibilidad que tenía, aunque fuera poca, en cuanto empezamos a notar que los profesores nos vigilaban. Esto ya era pasarse.
Empezaron a inventar que íbamos juntas al baño en horas de clase (MENTIRA), hasta el punto en que un día la profesora de matemáticas, abrió la puerta del baño, y le dijo a otra profesora que había allí (la misma que nos dijo que no nos volviéramos a besar y blablabla) tranquila, que no están haciendo nada.
¿Pero tu eres gilipollas, o de pequeñita te diste con el canto de la camilla al nacer?
¿Como se puede ser tan antiguo? De verdad, en ese instante, me dieron ganas de coger la cabeza de esa profesora, meterla dentro de la taza del wc y tirar la cadena. Suena cruel, puede, pero mas cruel que todo lo que nos iban a hacer pasar esta gentuza no había nada.
Pero tranquilos y tranquilas, que esto acababa de empezar. No estaban contentos ni con eso, necesitaban hacer algo más. 

                                 

dissabte, 21 de setembre del 2013

Capítulo IX: Algo más

Al día siguiente, decidimos quedar, era Sábado. Así que quedamos para ir al Gran Via 2. Mi mejor amigo, la hermana de ella, ella y yo. Recuerdo que llegó tarde, y yo ya estaba nerviosa. No quiere venir, se arrepiente de haber estado conmigo… pensé.
Pero apareció por las escaleras mecánicas, me sentí aliviada al verla.
Todo fue perfecto, íbamos por el centro comercial de la mano, yo detrás de ella rodeándola con los brazos mientras andábamos, no sé… me encantó ese día, fue muy especial también, aunque bueno, si es a su lado como para no.
 Cuando llegué a casa, me plantee el pedirle salir, pero creía que era demasiado pronto. ¿Y si ella solo quería estar así, sin compromiso? ¿O le daba miedo el ser mi pareja por el que dirán? Así que decidí hablar con su hermana haber que opinaba.
No recuerdo como fue la conversación, solo sé que me dio ánimos para que le pidiera salir.
No sabía como hacerlo, nunca y cuando digo nunca es NUNCA, había pedido salir a alguien en persona. Siempre había sido por Facebook o vía E-mail. Pero a ella tenía que pedírselo en persona, no podía ser tan “patética” de hacerlo mediante una red social, y menos después de lo bonita que era nuestra historia. Bueno, nuestro principio de la historia.
Esperé a que pasara la semana, y el día 4 de Noviembre, se me ocurrió hacerle una pregunta mientras hablábamos por el Facebook.
Fue la siguiente:
¿Te gusta el numero cinco?
Ella lo entendió a la primera, os explico por si vosotros no lo habéis entendido. Era Domingo día 4, y yo tenía pensado pedirle salir al día siguiente, es decir, día 5 de Noviembre. De ahí viene la pregunta.
Ella me respondió que si, y bueno, la verdad es que ya no sería sorpresa, ya que se lo esperaba. Me sentí bien al ver que ella sonrío cuando se lo dije, y no puso ninguna cara extraña.
Llegó el esperado día 5, es decir, Lunes. El día transcurrió normal, estuvimos en clase, sonó el timbre de la una y media, y nos fuimos a comer. A las 3 del mediodía, apareció de nuevo ella. Mis nervios empezaron a volver, eran los mismos que el día de los tres besos. Estaba ansiosa por pedirle salir, por saber su contestación, por empezar una etapa de mi vida, que sabía que iba a ser perfecta. Pero es que para mi eso era nuevo, no sabía como hacerlo.
Estábamos subiendo las escaleras del colegio, y al llegar a mitad de la quinta planta me paré, la miré, y le dije sin más:
¿Quieres salir conmigo? Pude notar como me ponía roja, pude notar el frío y calor que recorría a la vez por todo mi cuerpo, esperando una respuesta.
A lo que ella me contesto:
Si, tonta. Y me besó.
Sonreí, y la abracé. Después de sufrir los comentarios tipo:
No luches, es una tontería.
Es imposible que salgas con ella, no conseguirás enamorarla.
Ríndete, sigue con tu novia, y ves a lo fácil.
No eres un tío, no le gustaras.
Después de no rendirme en ningún momento, no darme por vencida pese a todo, después de tratarla bien, como se merecía, después de hacerla sentir especial. Después de todo esto, ahora estábamos saliendo. Éramos una pareja.
Pero no una pareja como todas, lo nuestro era de verdad.
Todo iba demasiado bien para ser verdad. Poco faltaba para que llegara lo peor.




divendres, 20 de setembre del 2013

Capítulo VIII: Los imposibles existen solo si tú crees en ellos.

Exacto, habéis leído bien. La chica hetero me había besado. Y yo no di el primer paso, yo no la obligué, es más, le dejé bien claro que no quería que hiciera nada ni por pena, ni por “obligación”, aunque es obvio que yo no iba a obligar a nadie a besarme, ni a tener nada conmigo, es de locos.
Me sentía como en una nube, nunca antes me había pasado algo similar.
Al fin bajó Sandra, y digo al fin, porque estaba muerta de la vergüenza y muy cortada. Ellas dos empezaron a hablar, yo me suponía que del beso, de que había pasado al final, si le había gustado, si había aclarado sus sentimientos, etc.
Yo la noté tan rara, no sé… no me miraba, no me hablaba, ese día era cuando se iba a determinar si entre ella y yo habría algo mas, o eso se quedaría en tres besos y fin.
No quería desanimarme tan pronto, pero yo veía que algo no iba bien. ¿Después de eso por que no me hablas, ni me diriges una mirada?
Buf ya la he perdido, tenía una sola oportunidad y la he desaprovechado por completo, ahora ya no hay vuelta atrás y las posibilidades que tenía ya no las hay, no entiendo que habré echo mal…-pensaba sin parar.
Al día siguiente, para sorpresa mía, en vez de darnos dos besos, nos dimos uno (supongo que me entendéis), para mi eso fue un shock, perfecto, estaba todo bien. No la había cagado.
Llegó el día del túnel del terror que hacían en Bellvitge, sinceramente, no recuerdo la fecha. Juraría que era el día después de los tres besos, aunque no estoy muy segura.
Pero creerme que la fecha no es lo más importante para mí.
Estábamos esperando para entrar en el pasaje (yo en verdad estaba cagada por entrar, no quería, sinceramente) pero digo, Rebeka, no te rajes, que si entras tienes posibilidades de decirle va no tengas miedo, y la abrazas (todo planeado, si) aunque seguro que la única que hubiera tenido miedo ahí dentro, hubiera sido yo… jaja
Cuando estábamos a nada de entrar, me dijo que no quería entrar, yo le insistía en que si, que no pasaba nada que yo entraba que no me importaba.
Al final, me convenció y nos fuimos a dar una vuelta. Estuvimos hablando, estaba muy a gusto con ella, como para no estarlo.
De repente llegamos al Parque Nuevo, un parque bastante grande de Bellvitge.  A lo que iba hablando, se para de golpe, y me besa. La miré, y le devolví el beso. No podía creerlo, no puede ser verdad. Y nos empezamos a besar, era tan bonito, era de noche, detrás de unos árboles y la única luz que había era de una solitaria farola que estaba detrás nuestra.
Me flojeaban las piernas, y estábamos en una pequeña cuesta de césped, que por poco pierdo el equilibro, y rompo todo el romanticismo que había. Finalmente, la abracé, la abracé lo mas fuerte que pude. Era hora de irme a entreno, tenía fútbol. Maldigo el día en el que decidí empezar a hacer futbol. Si no fuera porque tenía un compromiso, me hubiera quedado allí con ella mas tiempo, pero no importa.
Me acompañó hasta el polideportivo de mi equipo, y se quedó un rato viéndome entrenar. Luego tubo que irse, era bastante tarde ya.
Gracias, gracias por esa tarde.
Todo iba sobre ruedas, esto no ha hecho mas que empezar pequeña.



dijous, 19 de setembre del 2013

Capítulo VIl: Si luchas, ganas

La semana fue avanzando, ya estábamos en Octubre.
Me empezó a insistir en que dejase a mi pareja, en que no hacía nada bien estando con una, y queriéndola a ella.
Esas ganas de que la dejara, me llevaron a pensar que tal vez, ella quería que la dejase, para dar algún paso… Cualquier excusa era buena, para darme un poquito mas de motivación a mi misma.
Finalmente, decidí dejarla. Era el día de cortar con ella, sería duro, pero no podía seguir así.
Lo hice de la manera mas cobarde y rastrera que se puede hacer, lo sé. Y este error ya lo había cometido anteriormente con otra pareja.
Le envíe un mensaje desde el móvil, diciéndole que teníamos que hablar. Y allí lo deje, hasta al cabo de un par de horas, que me conecté desde el ordenador.
Le expliqué que quería que nos diéramos un tiempo, ya que yo estaba mal, por la separación de mis padres, y que necesitaba un poco de espacio. La peor excusa que pude poner nunca.  Con esto no quiero decir que con la separación de mis padres, no lo he pasado mal. Al contrario. Pero no era por ese motivo, ya lo sabéis. Creo que tendría que haberle dicho la verdad, pero llevábamos 7 meses, era bastante tiempo, y eso dolería.
Me pregunto si podía llamarme, que necesitaba hablar conmigo, pero yo no cedí. De verdad, lo reconozco, me porte muy mal con ella. Y lo sé.  Pero eso me iba a pasar factura tarde o temprano, ya veréis porque lo digo.
Le comenté a la chica de la sonrisa que, ya había cortado con ella, y que bueno, que ahora ya estaba todo como tenía que estar.
Llegó el día 25 de Octubre, un día que jamás olvidaré.
Estaba en clase con un amigo, nuevamente Adrián. ¡La verdad es que aparece en todos los buenos momentos, es como un talismán ya casi! A lo que iba, estábamos en clase, y por el correo del colegio, la chica de la sonrisa y Sandra (una amiga del instituto) me enviaron un mensaje con una fotografía de los Picos de Europa. Yo pillé la indirecta a la primera, para que mentir. No me las doy de lista, pero eso era obvio.
Por quien no lo comprenda. PICOS de Europa -> Pico equivale a beso corto
La verdad es que la idea había sido genial, y era una buena indirecta. Una sonrisa se dibujo en mi rostro, y empecé  a ponerme demasiado nerviosa, mas de lo normal.
Acompañamos a Sandra a casa de un amigo, y la chica de la sonrisa y yo nos quedamos en el portal esperando. Recuerdo perfectamente ese día, no podré olvidarlo nunca, de veras. Me senté en unas escaleras que habían, y allí me quede con ella, esperando a que Sandra bajara. En eso que la chica de la sonrisa se levanta, y me hace levantarme. Nos miramos, y nos abrazamos, así sin más. Estuvimos un buen rato así, hasta que se apartó un poco de mi y me beso. No una vez no, si no tres.
¡DIOS MÍO, NO PUEDE SER! Mi corazón se aceleró, noté como el suyo también latía a un ritmo que no era normal. Y nos abrazamos de nuevo. Estábamos demasiado nerviosas. La mejor sensación que he podido tener nunca. Perdonad, pero es que no lo recuerdo bien… ¿esta era la chica que me decíais que era imposible que se fijara en mi, no? Pues me ha besado.

Capítulo VI: Las cosas están cambiando

¿Pero cuando llegara el dichoso momento de estar juntas? Yo sabía que si no luchaba no iba a conseguir nada. Así que día tras día, con respeto, la trataba de manera diferente para intentar que por lo menos se fijara un poco en mi. Para mí, todo eso, era como estar en un cuento. De verdad, mucha gente lo dice porque queda tan romántico decirlo… pero cuando se siente, os aseguro que es la mejor sensación del mundo.
Aún no había conseguido nada, nada de nada. Pero como me veía tan segura de mi misma, y no me di por vencida en ningún momento, no me sentía estúpida por tener esa sensación de “cuento”.
Llegó el día en que íbamos a pasar la tarde juntas, sinceramente, no recuerdo bien el porqué, pero fuimos a un campo de fútbol. El de la Unificación Bellvitge para ser mas exactos.
Fue un día para olvidar, sinceramente, ya que hubieron pequeños mal entendidos. Me decían que ella quería tener algo conmigo, que quería “liarse” esa misma tarde. Y no, eso no era, era todo lo contrario. Esa tarde ella no quería nada, era demasiado “pronto”, y tenía que pensar las cosas mas detenidamente antes de hacer algo que pudiera hacerme daño. Y de verdad, no sabéis como valoro eso.
Recuerdo que estábamos andando, hablando para haber si arreglábamos ese mal entendido. En eso que yo me puse a llorar, y le dije con lagrimas en los ojos, algo que nunca había dicho a NADIE en la cara:
- Pero es que yo te quiero joder
Me salió solo, no se como pude decir eso, con lo vergonzosa que yo soy, y mas a la cara. Recuerdo perfectamente su cara de: Oh dios.. lo que me ha dicho. Sabía que eso le había impactado. No sabía si para bien o para mal, sinceramente.
Ese día mis esperanzas se redujeron bastante, ya que había sido un palo muy grande para mi, el pensar que esa tarde iba a pasar algo,  y luego me encuentro en que ella no quería nada.
Al llegar a casa, me conecté y pusimos la cámara en el ordenador.
(He de mencionar, que yo ahí aún tenía novia, si…) Pusimos la cámara como ya he dicho, y empezamos a hablar. Ella me decía que no me quería hacer daño, que no quería hacerme ilusiones, que si probaba a besarme y no le gustaba pues que lo sentía mucho, pero que la entendiera, ya que nunca antes había estado con una chica, y no se había encontrado en esta situación que era nuevo para ella.
Yo obviamente, como no podía ser de otra manera, la comprendí. Sé que no tiene que ser fácil.
Nos pasamos la tarde entera llorando en el ordenador. En ese rato, me di cuenta de que tiene un corazón enorme. Que estaba llorando por el miedo a hacerme daño, que se estaba preocupando por mi. ¿Puede ser más perfecta? Pf..
Finalmente la cosa se tranquilizó, y seguimos hablando normal, como si nada de eso hubiera pasado.




dimecres, 18 de setembre del 2013

Capítulo V: No puedo creerlo

Le expliqué a Adrián que ella me había esperado, que me había dicho que no pasaba nada, que  me había abrazado y dado un beso en la mejilla.
Había pasado ya un cuarto de hora, y seguía notando sus labios rozando mi mejilla. Algo muy extraño, pero me encantaba esa sensación.
Aún podía sentir el latir de mi corazón a un ritmo fuera de lo normal, como si hubiera acabado un partido de fútbol a la máxima intensidad.
No quería hacerme ilusiones, pero algo se había encendido dentro de mi, que me decía que era momento de ponerse a luchar por lo que quería.
Sabía que no iba a ser fácil, ni muchísimo menos. Pero tampoco imposible. Los imposibles no existen. La única cosa imposible que existe en este mundo, es revivir después de la muerte. Eso es lo único, lo demás, es complicado, difícil, duro, etc.
A partir de ahí, yo sinceramente, veía que la chica de la sonrisa me trataba diferente. ¿Por pena? Pues lo mas probable. También tenía un poco de esperanza en que fuera porque estaba empezando a sentir algo por mí. Pero esa esperanza solo ocupaba un 2% y exagerando.
La gente me decía;
- ¡No pierdas el tiempo…!
- Ahora ella se sentirá mal y a lo mejor la haces estar incómoda
Miles de frases que me hundían, obviamente, pero a la vez me daban mas ganas de seguir luchando, para conseguirlo y decirles:
¿VEIS? ¡LUCHANDO SE CONSIGUE TODO LO QUE TE PROPONES! ¿NO ERA IMPOSIBLE? PUES MIRAR, OS COMÉIS LOS MOCOS AHORA.
Sabía que para que yo llegara a decir esa frase, tenía que pasar MUUUUUCHO tiempo.  Pero no perdía las ganas de intentarlo.
Me estaba los días con ella, siempre me abrazaba, o me apretaba la cara y me daba un beso. Cosas que a mi, me hacían coger fuerzas. Empezaron a salir los típicos listillos de turno a decir, que me estaba haciendo ilusiones, que me abrazaba y me besaba y finalmente me mandaría “a la mierda”, y que me estaba engañando. Eso nos dolió, tanto a ella como a mí. Yo sabía que no lo hacía para hacerme daño, lo hacía porque a ella le salía hacerlo. En el fondo, tanto ella como yo, sabíamos que estábamos destinadas a estar juntas. Solo que no sabíamos cuando llegaría ese momento.

Capítulo IV: Lo siento

Acabado el concierto, mi aún pareja pero no por mucho tiempo mas, se quedo a dormir en mi casa, ya que acabo muy tarde, y no podía irse sola hasta su pueblo. 
Sabía que ese era el último día que la iba a ver, y sintiéndolo mucho, para mi ya no había nada mas que una amistad. Me sabía tan mal… No soy de hacer daño a las personas, o eso intento, pero sé que lo iba a hacer. Lo mejor hubiera sido decírselo a la cara, pero no, soy demasiado cobarde como para hacerlo.  Tenía pensado dejarlo el mismo día que ella volviera a su casa, pero es que no, mi cobardía de nuevo. Esperé unas semanas, un par mas o menos, no recuerdo exactamente. Hasta que ella me pregunto;
¿Qué te pasa.. estás rara…?
A lo que conteste;
Nada... ya sabes, la separación de mis padres, (Cosa que no he mencionado aún, ya os lo contaré) que sabes que es de las peores cosas que me han podido pasar.
Me contesto que ella estaba para eso, para alegrarme, para intentar hacerme sonreír.
¡LO SIENTO, pero yo quiero que mi sonrisa la provoque otra chica! Pensé.
Siento tener que informaros, que tampoco la dejé este día.
Decidí contarle a un par de amigas lo que sentía por Mar, ya que no podía ocultarlo más. Lo siento, tenía algo demasiado fuerte dentro, que necesitaba compartirlo. Aunque sabía que si lo decía, mis esperanzas y mis ganas de luchar, serían pésimas. Ya que empezarían los típicos comentarios de:
-Rebeka, es heterosexual, le gustan los tíos, ya lo sabes.
-Si es que vas a lo imposible siempre…
-Bueno tú sabrás que haces…
Aunque seguro que también habría alguien que me diría, aunque solo fuera por pena;
-¡Inténtalo!
Pero yo sabía que esas palabras solo eran para consolarme, ya que nadie lo veía posible.
Un día como otro cualquiera, en el recreo, me enteré que la chica de la sonrsa sabía que me gustaba.
Me quede de piedra, un frío bastante extraño me recorría por el cuerpo, notaba una molestia en la nariz, que sabía que eso, finalmente, serían lagrimas. De impotencia, de rabia, de pensar que la perdería como amiga.
Lo único que se me ocurrió hacer en ese momento fue llorar, y pelearme con la pared.
¿Ahora que eh, ahora que..? ¿La pierdo como amiga también? ¡me cago en la puta!
Que vergüenza, ahora sabe que me gusta. ¿Y que pensará de mi ahora?, seguro que no se me acerca más.
Y sonó el timbre de que el patio había finalizado.
La miré, me miró y se espero a que yo subiera.  Yo me hice la loca, como si no me hubiera enterado de nada. Iba con un amigo en ese momento, y le dije:
Adri porfa tío, tápame que esta ahí.
Ella vino, me abrazó, me dio un beso en la mejilla, y me dijo:
No pasa nada tonta.
Me puse a temblar, la chica de la sonrisa, la niña de mis ojos. Ella, se había acercado después de saberlo. Pf... por lo menos sé que no la he perdido. Es tan perfecta. Pensé.
Y subí a clase, echa un flan, y lo expliqué a mi compañero.

Capítulo lll: No quiero engañar a nadie


Los días pasaban, y mis sentimientos hacía ella iban siendo mas fuertes a medida que pasaban los segundos, yo lo notaba.
La verdad es que yo ya tenía claro, que sintiéndolo mucho, no sentía nada por mi (aún) pareja. El único motivo por el que estaba con ella, era por el simple hecho, de que en el mes siguiente (Octubre) teníamos que ir juntas al concierto de la cantante y compositora estadounidense, Lady Gaga, y yo le prometí que ella sería mi acompañante.
Ese era el único “consuelo” que tenía, y yo seguía con la esperanza de, mientras que yo estaba a la espera del concierto, mis sentimientos hacía la chica de la sonrisa que me enamoró, se desvanecieran al igual que me paso con mi pareja.
Pasaban los días, y nada cambiaba. Llegaba a casa con las únicas ganas de que fuera el día siguiente para volverla a ver. ¿Ganas? Creo que era más que eso. Tenía NECESIDAD de que fuera otra vez las 8.25 para volverla a ver.
Finalmente me dije a mi misma que esto no podía seguir así, que yo me había ENAMORADO de verdad, de alguien que ni si quiera se había fijado en mi, y yo no podía seguir engañando ni a mi pareja ni a mi misma. Así que decidí que en cuanto pasara el concierto, yo le pediría un tiempo (si un tiempo, soy demasiado cobarde como para cortar, me sentaba fatal) y así, yo podría estar con la conciencia “tranquila” de que no estaba engañando a nadie.
Al fin, llego el esperado 6 de Octubre, a pesar de que Lady Gaga es mi vida, y es quien me ha ayudado a seguir a pesar de que no sabe ni quien soy, no tenía muchas ganas de ir.
¿Por qué? Sencillo. No tenía ganas de besar a alguien, mientras pienso en otra chica, lo veo algo cruel. Llegó la hora del concierto, no podía dejar de pensar en ella, era algo tan extraño. Es que jamás me había sucedido nada igual, esta chica era especial, muy especial. 
Entramos dentro del Palau Sant Jordi, mi emoción era cada vez más grande. Me encantó la sensación de nerviosismo que se basaba en pensar en ella, y saber que tendría a metros a mi ídolo, y porque no decirlo, una gran parte de mi vida.
Empezó el concierto, mis lagrimas se inundaron, puedo recordar perfectamente  a Gaga entrar con su caballo metálico, cantando Highway Unicorn (Road to love).
Fue avanzando el concierto, hasta que Gaga, sentada en su Harley/piano, empezó a tocar la canción You & I (tu y yo). ¿Y sabéis quien se me vino a la mente? La chica de la sonrisa.
Y no se me ocurrió otra cosa, que llamarla. ¿Indirecta? Tal vez.
Sé que no lo hice adrede, recuerdo que le dije que la llamaría. Pero el destino fue el que decidió que la llamara en esa misma canción. En la canción YOU & I. 

Capítulo ll: Confusa, demasiado confusa. ¿Qué hago?

Ella era la razón de que este año, iba a ser muy distinto de los anteriores.
Ese pelo rubio, esa mirada que me enamoró desde un primer momento, esa manera de ser que me encanta. Esa era la razón.
¿Por qué me he tenido que fijar ahora, si hace un año que te conozco? ¿Por qué me he tenido que fijar en ti, si tú antes me caías mal? ¿Qué esta sucediendo Rebeka? ¿Qué has visto ahora en ella que no viste el año anterior?
A día de hoy, sigo haciéndome esas mismas preguntas. El porqué, pero no lo encuentro. Pero me encanta el no saberlo.
¿Tal vez porque no me había parado a fijarme en ella? ¿Tal vez porque antes la veía pija y “repipi” y no era mi estilo? Pues tal vez será eso.
Pero ese día de Septiembre, a la 13.35 no lo olvidaré jamás. Recuerdo que ella iba con una camisa tejana, el pelo extremadamente largo, liso y rubio. Me encantó como le quedaba la camisa, y luego, sin apenas darme cuenta, me fije en su sonrisa y en la manera de hablarme. Ese, fue el momento, en el que olvidé todo lo que me rodeaba. Solo estaba ella, solo existía ella y su sonrisa. Y en ese preciso instante, yo, no necesitaba nada más que eso.
Me intentaba convencer de que no podía ser, que tenía pareja en ese momento, que yo estaba “enamorada”, pero no. Yo no mando en mis sentimientos, me quedó claro.
Ese mismo mediodía, ella fue a comer y luego a las 14.50 nos rencontramos de nuevo (con un par de amigas mas)y ella, para entrar al instituto. Recuerdo perfectamente que estábamos esperando en un banco mis amigas y yo, a que ella llegara. Y mi corazón se aceleró demasiado al verla venir de lejos. Llego y no podía dejar de mirarla, en eso que ella se acerca a mi, y me da un “cabezazo” flojo, y acerca la cabeza a la mía. ¿POR QUÉ? ¿Por qué estas haciendo esto? Maldita casualidad que el mismo día que me fijo en ti, que estoy intentando convencerme de que no es lo correcto enamorarme de alguien que no es mi pareja, y que estoy intentando recomponerme de lo que he sentido antes… ¿¡ahora vienes y te acercas a mí de esa manera!? Estupendo. Recuerdo que le dije;
- ¿Puedes no darme mas cabezazos por favor, que me haces daño?
Aunque realmente lo que yo pensaba era;
- Vuélvelo a hacer, pero como te vuelvas a acercar tanto, si te beso, yo no tengo la culpa.
Entramos a la escuela de nuevo, y no pude parar ni un solo instante de pensar en lo que había sucedido.
Necesitaba decirle a mi novia (en ese momento) que no podíamos seguir, que en cuestión de segundos lo que sentía por ella se había desvanecido, no existía. Para mi era como una amiga mas, ya no la veía como mi pareja.
¿Pero como se lo digo? No quiero hacerle daño. Pero tampoco puedo estar con ella por “pena” y besarla pensando en otra.
¡No, no me atrevo! No puedo decirle de dejarlo.
¿Y si me arrepiento? ¿Y si luego de verdad la quería a ella y esto era solo un pequeño “lapsus”? Con la otra chica es imposible estar, es heterosexual. ¿Qué va a querer conmigo?
Rebeka, es una perdida de tiempo luchar por alguien que no le gustan las chicas.  Así finalmente me “convencí”.
¿Pero sabéis que? En lo mas profundo de mi, aún estaba ese pelo rubio largo y liso, y esa sonrisa increíble que me enamoro en cuestión de segundos.


dimarts, 17 de setembre del 2013

Capítulo I; ¿Que estoy sintiendo?

Bueno, sinceramente no se por donde empezar. Así que intentare explicar esto lo más claro posible. Me llamo Rebeca, aunque prefiero que mi nombre sea escrito con “K”, por estética más que nada. Tengo 16 años recién cumplidos, el 29 de Agosto exactamente. Tenía ganas de dejar la etapa de los 15. Este año se ha complicado todo muchísimo, y realmente, quería dejar esta etapa de mi vida, que no ha sido para nada fácil. Ni lo sigue siendo, para que mentir.
Quiero que la máxima gente posible sepa mi “historia”, así que es momento de empezar, allá voy.
-Septiembre 2012;
Era principio de curso, que pereza empezar de nuevo la misma rutina de siempre. El levantarse pronto, el hacer deberes, el aguantar a los maestros, estar horas y horas en un aula “prestando atención”. Era hora de nuevo de entrar en esa “cárcel” que tanto odiamos.
Pero tenía el presentimiento de que eso iba a cambiar, que este año no iba a ser como los demás. Yo lo presentía, ese año… ese año iba a ocurrir algo que cambiaría mi vida por completo.
Nada había cambiado, llegaba a casa, encendía el ordenador, no hacía deberes, y hablaba con mi pareja (en ese momento). Le contaba como me había ido el día, y ella me contaba como le había ido el suyo. Todo parecía perfecto.
Hasta que llegó un día que las ganas de hablar con mi pareja se desvanecieron por completo. ¿Qué me esta sucediendo? Me preguntaba… pero es que no había manera de encontrar la respuesta.
Hasta que un día de instituto, la sonrisa de una chica, respondió todas las preguntas y aclaro todas mis dudas del porque se perdió todo lo que sentía por mi novia.
Era increíble, era lo mejor que había visto nunca. Mis ojos se iluminaron, yo noté que eso no lo había sentido nunca. ¿Qué te esta pasando Rebeka? ¿Porque sonríes como una tonta al verla…? ¡Tienes pareja! Me repetía yo constantemente e intentaba hacerme entrar en razón de ello. Pero no podía, era demasiado tarde. Esa sonrisa, esa chica, era lo que yo presentía. Ella era lo que presentía, ella sería lo que cambiaría mi vida por completo.