Estaba viviendo un sueño, estaba saliendo con la persona que
se había “apoderado” de mi en tan solo unos minutos, estaba saliendo con quien
me decían que era imposible.
Los días que pasaba junto a ella en el instituto eran perfectos.
A las 8.25 nos encontrábamos, entrabamos juntas al instituto, me acompañaba a clase y yo esperaba mirando en la puerta como llegaba ella a la suya, deseaba que fueran las 10.20 para poder estar con ella en el patio, me encantaban los patios con ella. Me sentaba, ella delante de mí, y la abrazaba. Me podría quedar así días y días, no me importaría sinceramente.
Luego subíamos a clase de nuevo, en cuanto podía escaparme iba a verla, porque la echaba tanto de menos aunque solo hiciera 1 hora que no la veía… Llegaba la 13.35, y nos íbamos a comer, y a las 14.40 nos volvíamos a encontrar en aquel parque de delante del colegio. Me encantaba cuando la veía venir por el paseo.
Todo era increíble, mejor de lo que nunca había imaginado.
Una tarde como otra cualquiera, cambiaría nuestra suerte.
Sonó el timbre de las 16.50, lo cual quiere decir, que el horario escolar había terminado. La fui a buscar a clase, ella salió tarde, por lo tanto, ya no había tanta gente como normalmente había por los pasillos.
En cuanto la vi, la bese, para despedirme, como es lógico. Ya serían alrededor de las 17.00 horas. Con la “mala suerte” que una profesora nos vio.
Que sea la última vez que volvéis a hacer esto en el colegio, dijo.
¿Enserio? Hay miles de pareja comiéndose la boca en medio del pasillo, en horario escolar, y ahora que yo le doy un simple beso delante de dos personas, y tu, querida profesora, ¿me vienes a decir esto? Me ofendió, me ofendí muchísimo. Así que decidí que eso no se iba a quedar así.
Al día siguiente, fuimos a hablar con la directora, a explicarle lo que había sucedido. Maldigo el día en el que se me ocurrió ir, porque a raíz de ahí, ya empezó todo.
Nos dijo que estuviéramos tranquilas, que no mal interpretáramos lo que dijo esa profesora. Que no tenían nada en contra de las parejas homosexuales (PERMITEME REÍRME EN TU CARA, FALSA) y que olvidáramos el tema.
En un primer momento, la creí. Bueno, la creímos, o eso creo.
Aunque perdió toda la credibilidad que tenía, aunque fuera poca, en cuanto empezamos a notar que los profesores nos vigilaban. Esto ya era pasarse.
Empezaron a inventar que íbamos juntas al baño en horas de clase (MENTIRA), hasta el punto en que un día la profesora de matemáticas, abrió la puerta del baño, y le dijo a otra profesora que había allí (la misma que nos dijo que no nos volviéramos a besar y blablabla) tranquila, que no están haciendo nada.
¿Pero tu eres gilipollas, o de pequeñita te diste con el canto de la camilla al nacer?
¿Como se puede ser tan antiguo? De verdad, en ese instante, me dieron ganas de coger la cabeza de esa profesora, meterla dentro de la taza del wc y tirar la cadena. Suena cruel, puede, pero mas cruel que todo lo que nos iban a hacer pasar esta gentuza no había nada.
Pero tranquilos y tranquilas, que esto acababa de empezar. No estaban contentos ni con eso, necesitaban hacer algo más.
Los días que pasaba junto a ella en el instituto eran perfectos.
A las 8.25 nos encontrábamos, entrabamos juntas al instituto, me acompañaba a clase y yo esperaba mirando en la puerta como llegaba ella a la suya, deseaba que fueran las 10.20 para poder estar con ella en el patio, me encantaban los patios con ella. Me sentaba, ella delante de mí, y la abrazaba. Me podría quedar así días y días, no me importaría sinceramente.
Luego subíamos a clase de nuevo, en cuanto podía escaparme iba a verla, porque la echaba tanto de menos aunque solo hiciera 1 hora que no la veía… Llegaba la 13.35, y nos íbamos a comer, y a las 14.40 nos volvíamos a encontrar en aquel parque de delante del colegio. Me encantaba cuando la veía venir por el paseo.
Todo era increíble, mejor de lo que nunca había imaginado.
Una tarde como otra cualquiera, cambiaría nuestra suerte.
Sonó el timbre de las 16.50, lo cual quiere decir, que el horario escolar había terminado. La fui a buscar a clase, ella salió tarde, por lo tanto, ya no había tanta gente como normalmente había por los pasillos.
En cuanto la vi, la bese, para despedirme, como es lógico. Ya serían alrededor de las 17.00 horas. Con la “mala suerte” que una profesora nos vio.
Que sea la última vez que volvéis a hacer esto en el colegio, dijo.
¿Enserio? Hay miles de pareja comiéndose la boca en medio del pasillo, en horario escolar, y ahora que yo le doy un simple beso delante de dos personas, y tu, querida profesora, ¿me vienes a decir esto? Me ofendió, me ofendí muchísimo. Así que decidí que eso no se iba a quedar así.
Al día siguiente, fuimos a hablar con la directora, a explicarle lo que había sucedido. Maldigo el día en el que se me ocurrió ir, porque a raíz de ahí, ya empezó todo.
Nos dijo que estuviéramos tranquilas, que no mal interpretáramos lo que dijo esa profesora. Que no tenían nada en contra de las parejas homosexuales (PERMITEME REÍRME EN TU CARA, FALSA) y que olvidáramos el tema.
En un primer momento, la creí. Bueno, la creímos, o eso creo.
Aunque perdió toda la credibilidad que tenía, aunque fuera poca, en cuanto empezamos a notar que los profesores nos vigilaban. Esto ya era pasarse.
Empezaron a inventar que íbamos juntas al baño en horas de clase (MENTIRA), hasta el punto en que un día la profesora de matemáticas, abrió la puerta del baño, y le dijo a otra profesora que había allí (la misma que nos dijo que no nos volviéramos a besar y blablabla) tranquila, que no están haciendo nada.
¿Pero tu eres gilipollas, o de pequeñita te diste con el canto de la camilla al nacer?
¿Como se puede ser tan antiguo? De verdad, en ese instante, me dieron ganas de coger la cabeza de esa profesora, meterla dentro de la taza del wc y tirar la cadena. Suena cruel, puede, pero mas cruel que todo lo que nos iban a hacer pasar esta gentuza no había nada.
Pero tranquilos y tranquilas, que esto acababa de empezar. No estaban contentos ni con eso, necesitaban hacer algo más.

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