Acabado el concierto, mi aún pareja pero no por mucho tiempo
mas, se quedo a dormir en mi casa, ya que acabo muy tarde, y no podía irse sola
hasta su pueblo.
Sabía que ese era el último día que la iba a ver, y sintiéndolo mucho, para mi
ya no había nada mas que una amistad. Me sabía tan mal… No soy de hacer daño a
las personas, o eso intento, pero sé que lo iba a hacer. Lo mejor hubiera sido decírselo
a la cara, pero no, soy demasiado cobarde como para hacerlo. Tenía pensado dejarlo el mismo día que ella
volviera a su casa, pero es que no, mi cobardía de nuevo. Esperé unas semanas,
un par mas o menos, no recuerdo exactamente. Hasta que ella me pregunto;
¿Qué te pasa.. estás rara…?
A lo que conteste;
Nada... ya sabes, la separación de mis padres, (Cosa que no he mencionado aún,
ya os lo contaré) que sabes que es de las peores cosas que me han podido pasar.
Me contesto que ella estaba para eso, para alegrarme, para intentar hacerme
sonreír.
¡LO SIENTO, pero yo quiero que mi sonrisa la provoque otra chica! Pensé.
Siento tener que informaros, que tampoco la dejé este día.
Decidí contarle a un par de amigas lo que sentía por Mar, ya que no podía
ocultarlo más. Lo siento, tenía algo demasiado fuerte dentro, que necesitaba
compartirlo. Aunque sabía que si lo decía, mis esperanzas y mis ganas de
luchar, serían pésimas. Ya que empezarían los típicos comentarios de:
-Rebeka, es heterosexual, le gustan los tíos, ya lo sabes.
-Si es que vas a lo imposible siempre…
-Bueno tú sabrás que haces…
Aunque seguro que también habría alguien que me diría, aunque solo fuera por pena;
-¡Inténtalo!
Pero yo sabía que esas palabras solo eran para consolarme, ya que nadie lo veía
posible.
Un día como otro cualquiera, en el recreo, me enteré que la chica de la sonrsa
sabía que me gustaba.
Me quede de piedra, un frío bastante extraño me recorría por el cuerpo, notaba
una molestia en la nariz, que sabía que eso, finalmente, serían lagrimas. De
impotencia, de rabia, de pensar que la perdería como amiga.
Lo único que se me ocurrió hacer en ese momento fue llorar, y pelearme con la
pared.
¿Ahora que eh, ahora que..? ¿La pierdo como amiga también? ¡me cago en la puta!
Que vergüenza, ahora sabe que me gusta. ¿Y que pensará de mi ahora?, seguro que
no se me acerca más.
Y sonó el timbre de que el patio había finalizado.
La miré, me miró y se espero a que yo subiera. Yo me hice la loca, como si no me hubiera
enterado de nada. Iba con un amigo en ese momento, y le dije:
Adri porfa tío, tápame que esta ahí.
Ella vino, me abrazó, me dio un beso en la mejilla, y me dijo:
No pasa nada tonta.
Me puse a temblar, la chica de la sonrisa, la niña de mis ojos. Ella, se había
acercado después de saberlo. Pf... por lo menos sé que no la he perdido. Es tan
perfecta. Pensé.
Y subí a clase, echa un flan, y lo expliqué a mi compañero.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada