dissabte, 21 de setembre del 2013

Capítulo IX: Algo más

Al día siguiente, decidimos quedar, era Sábado. Así que quedamos para ir al Gran Via 2. Mi mejor amigo, la hermana de ella, ella y yo. Recuerdo que llegó tarde, y yo ya estaba nerviosa. No quiere venir, se arrepiente de haber estado conmigo… pensé.
Pero apareció por las escaleras mecánicas, me sentí aliviada al verla.
Todo fue perfecto, íbamos por el centro comercial de la mano, yo detrás de ella rodeándola con los brazos mientras andábamos, no sé… me encantó ese día, fue muy especial también, aunque bueno, si es a su lado como para no.
 Cuando llegué a casa, me plantee el pedirle salir, pero creía que era demasiado pronto. ¿Y si ella solo quería estar así, sin compromiso? ¿O le daba miedo el ser mi pareja por el que dirán? Así que decidí hablar con su hermana haber que opinaba.
No recuerdo como fue la conversación, solo sé que me dio ánimos para que le pidiera salir.
No sabía como hacerlo, nunca y cuando digo nunca es NUNCA, había pedido salir a alguien en persona. Siempre había sido por Facebook o vía E-mail. Pero a ella tenía que pedírselo en persona, no podía ser tan “patética” de hacerlo mediante una red social, y menos después de lo bonita que era nuestra historia. Bueno, nuestro principio de la historia.
Esperé a que pasara la semana, y el día 4 de Noviembre, se me ocurrió hacerle una pregunta mientras hablábamos por el Facebook.
Fue la siguiente:
¿Te gusta el numero cinco?
Ella lo entendió a la primera, os explico por si vosotros no lo habéis entendido. Era Domingo día 4, y yo tenía pensado pedirle salir al día siguiente, es decir, día 5 de Noviembre. De ahí viene la pregunta.
Ella me respondió que si, y bueno, la verdad es que ya no sería sorpresa, ya que se lo esperaba. Me sentí bien al ver que ella sonrío cuando se lo dije, y no puso ninguna cara extraña.
Llegó el esperado día 5, es decir, Lunes. El día transcurrió normal, estuvimos en clase, sonó el timbre de la una y media, y nos fuimos a comer. A las 3 del mediodía, apareció de nuevo ella. Mis nervios empezaron a volver, eran los mismos que el día de los tres besos. Estaba ansiosa por pedirle salir, por saber su contestación, por empezar una etapa de mi vida, que sabía que iba a ser perfecta. Pero es que para mi eso era nuevo, no sabía como hacerlo.
Estábamos subiendo las escaleras del colegio, y al llegar a mitad de la quinta planta me paré, la miré, y le dije sin más:
¿Quieres salir conmigo? Pude notar como me ponía roja, pude notar el frío y calor que recorría a la vez por todo mi cuerpo, esperando una respuesta.
A lo que ella me contesto:
Si, tonta. Y me besó.
Sonreí, y la abracé. Después de sufrir los comentarios tipo:
No luches, es una tontería.
Es imposible que salgas con ella, no conseguirás enamorarla.
Ríndete, sigue con tu novia, y ves a lo fácil.
No eres un tío, no le gustaras.
Después de no rendirme en ningún momento, no darme por vencida pese a todo, después de tratarla bien, como se merecía, después de hacerla sentir especial. Después de todo esto, ahora estábamos saliendo. Éramos una pareja.
Pero no una pareja como todas, lo nuestro era de verdad.
Todo iba demasiado bien para ser verdad. Poco faltaba para que llegara lo peor.




1 comentari:

  1. Soy la Noelia de tu clase, una pregunta tía..jaja Como sabes que sonrió y que no puso ninguna cara extraña si estabais hablando por face?JAJAJA unbesito fea<3

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