diumenge, 29 de setembre del 2013

Capítulo XIV: La increíble eres tu

A partir de ahí, de ese día, las cosas se tenían que hacer con mucho cuidado, con demasiado  creo yo.
Empezaba el miedo a que volviera a suceder lo de aquella tarde, empezaba el miedo a que la pillaran con el ordenador hablando conmigo, empezaba el miedo a que por alguna razón se la llevaran a vivir a otro lugar, empezaba el miedo a que hicieran mas por separarnos.
Empezaron a decirse cosas sobre mí, las cuales no eran ciertas, obviamente, que supongo que se decían para intentar dejarme mal y dejarme como una mierda, hablando claro, delante de la gente. ¿Por qué? Os dejo que lo penséis, y me lo digáis, porque yo aun no lo entiendo.
Vamos a ver, ¿que he hecho yo, aparte de enamorar a vuestra hija, hacerla feliz, hacerla sonreír, y tratarla como se merece? Si, siempre me hago la misma pregunta, y me la seguiré haciendo hasta que encuentre una maldita respuesta. NO HE HECHO NADA, NA-DA.
Y me siento impotente, y tengo rabia dentro, al saber que hay un grupo de personas, que tienen una visión de mí que no es la correcta, que a saber si lo van diciendo por ahí, y yo quedo como una mierda, que es como me han dejado, por el simple echo de haber enamorado a una chica. No se si me explico, no quiero dar detalles tampoco, porque sería dejar en evidencia y ser maleducada, y yo de eso tengo mas bien poco. Porqué he aprendido, que aunque no me respeten yo respetaré, ya que así, quien queda mal, no soy yo.
En fin, a lo que iba, que me voy del tema.  Teníamos que ir con mucho cuidado, ya que si en algún momento nos pillaban hablando juntas, la habíamos cagado, hablando finamente.
Los días eran siempre iguales, eran perfectos porque estaba con ella, al llegar casa hablábamos toda la tarde hasta las 22.00horas.
Un día, debido a que yo creo que ella no podía mas con la presión, decidimos fingir haber cortado (solo con sus padres) para haber si así las cosas se calmaban un poco.
Decidimos hacerlo, creo que al principio no lo creían mucho, pero bueno…
Hasta que un día, estábamos en la “webcam” y la vi llorar, pero no sabía porque era.
¿Qué te pasa? ¡¿Qué te pasa joder, respóndeme?! Pf…
A lo que alzó la vista mirando a la cámara y me dijo:
Que me han pillado las cartas Rebeka joder…
Supuestamente no estábamos saliendo, y ella, me estaba escribiendo unas cartas, las típicas que me escribía en clase, que tengo unas 60, y bueno, pues se las habían pillado.
Eso significaba que, era mas desconfianza hacía ella, ahora les había mentido por segunda vez, y volvemos otra vez al follón de nuevo.
Sonara raro, pero yo no sufría por no volver a verla, por no poder hablar con ella, yo sufría solo por ella. Por como estaba, por todo lo que ha aguantado y lo que esta aguantando, por su bienestar mas que nada.
Tengo que agradecerle y devolverle tantas cosas… pero tantas, que no sabré nunca como hacerlo.
ELLA es la INCREÍBLE de la relación, si no fuera por ella, nada de esto existiría.
Si estas leyendo esto (que sé que si) quiero que sepa todo el mundo que lea esto, que eres la chica mas increíble que hay, que eres la pareja que todo el mundo desearía tener, y que gracias por hacerme tan feliz, y aguantar todo lo que aguantas por seguir con esta relación.
Eres TODO lo que necesito para sonreír, y si, dependo de ti. No esta bien depender de alguien en la vida, pero lo siento, tu has conseguido que esto sea así.
No quiero que desaparezcas nunca, quiero que estés siempre conmigo, por favor. Sonará egoísta tal vez, pero sé, que como yo te quiero, te querré y como yo te trato, no lo va a hacer nadie. Porque tu te mereces el mundo entero, y yo prometo dártelo poquito a poco.

dissabte, 28 de setembre del 2013

Capítulo XIII: Menos mal, estás aquí…

Me la encontré.
Nos quedamos las dos totalmente paralizadas, con el único pensamiento de:
Uf, menos mal, esta aquí.
Ella tenía la cara igual que la mía, o incluso peor. Si, yo creo que peor.
La vi y solo pude decirle:
Pf menos mal estás aquí, te amo, luego vengo a por ti. Y la abracé.
No pude dejar de pensar: Gracias Dios menos mal que ha venido, gracias.
Esa noche, a pesar de no creer plenamente en Dios, estuve pidiéndole sin parar que por favor al día siguiente quería verla, quería saber como estaba, y ocurrió.
Fui a clase a dejar la mochila, pero sinceramente, aun no podía creer que la había visto.  Había pasado la noche llorando creyendo que no la iba a ver nunca más, diciéndole a mi madre que era imposible volver a verla, que no podía creer que de un día para el otro hubiera sucedido eso. Fue la peor noche de mi vida, y la de ella estoy segura que por desgracia, también.
Necesitaba que pasaran las dos horas de clase que había antes de que tocara recreo.
La primera hora la pasé hablando con la directora, explicándole lo que había pasado el día anterior, TODO.
Obviamente, no sirvió de nada, como todo lo que contabas en ese colegio. Pero no pasa nada, lo único que me importaba es que ella estaba allí, en el instituto, que la podía ver.
Llegó finalmente la hora de patio, fui a buscarla a clase, y fuimos al patio.
Como siempre, como si fuera un día normal, me senté con la espalda en la pared, ella delante de mí, y yo la rodeaba con los brazos. No sabía que decir, era todo tan extraño, todo lo que había pasado el día anterior paso tan rápido, que no me dio tiempo ni ha asimilar que ella estaba allí conmigo.
No recuerdo para nada la conversación que tuvimos, creo que es cierto eso que dicen, que el cerebro borra las malas experiencias, o intenta que las olvides. No es que crea que es cierto, es que lo es. Yo no recuerdo nada de aquellos días, solo cosas puntuales y que me han ido recordando.
Me contó que había pasado la peor noche de su vida, que creía que yo pensaba que lo nuestro había terminado, que nosotras ya no éramos una pareja.
Le dije que no pensara eso ni de broma, yo en ningún momento había pensado que habíamos cortado. Al contrario. Para mi eso era una dosis extra para seguir luchando por estar juntas.
Ese día empecé a decirle una frase a mi novia, que siempre se la recuerdo, por si algún caso vuelve a suceder algo similar:
Voy a esperarte el tiempo que haga falta, uno, dos tres, cuatro meses, un año. No me importa. Voy a estar aquí, ¿de acuerdo? Nada ni nadie nos va a separar, porque nosotras separadas somos fuertes, pero juntas somos invencibles. 


dimecres, 25 de setembre del 2013

Capítulo XII: As long as you love me

Ya empezaron las cosas a ponerse “feas”, empezaron a surgir indirectas de que ella conmigo no tenía que estar, que yo soy una chica, que ella no es lesbiana, que no lo tiene claro, que esta confundida.
Yo me lo temía que eso ocurriría, tarde o temprano, pero iba a suceder. La aceptación, o no aceptación. Por desgracia, no fue aceptado.
Ya lo sabéis, pero ella es heterosexual (ahora no, pero en su momento si) y claro, en parte entendía que fuera una sorpresa bastante fuerte para ellos, ya que creo que era lo último que se esperaban.
Al principio era todo bastante “light”, con eso vengo a referirme, pues, que no querían que estuviera conmigo, pero se podía “aguantar”. O eso parecía.
Ahora me traslado ya ha el mes de Enero, un mes después de todo.
Nosotras seguíamos juntas, a medida que pasaban los días, se iba aceptando cada vez menos, aunque podría haber sido al contrario, pero no, no fue así. Pasamos todas las navidades distanciadas, no nos podíamos ver, “obvio”, y en cuanto volvimos al cole estaba loca por verla.
Un día 14 de Enero, podía parecer un día cualquiera. Pero os aseguro, que iba a ser uno de los peores de nuestras vidas.
Salimos del colegio a las 13.35, como cada día, y nos dirigimos a comer. Comimos, y a las 14.40 aproximadamente, llego ella. Recuerdo perfectamente que ella iba con una sudadera Adidas negra y rosa, y yo con chaqueta Adidas negra.
Estaba ella sentada encima de mí en un banco de delante del colegio, estábamos con el grupo de amigos. Pero una llamada, era lo que iba ha convertir una relación en un infierno.
Era su madre, que aquella tarde no iba a la escuela, que tenían que hablar.
Me flojeaban las piernas. Era hora de entrar a la escuela, me flojeaban las piernas. Me esperaban por delante dos eternas horas, dos horas que iban a pasar lentísimas.
Finalmente sonó el timbre que indicaba que habían finalizado las clases por hoy, salí corriendo a por mi amiga Sandra, cogimos la mochila del colegio y de deportes de ella, y nos disponíamos a ir a entregársela.
Al salir, vi que estaba ella con su madre. Que me hizo una señal con la mano, como para que fuera para allí. Mientras mi novia, me hacía otra señal negándome que fuera.
- ¿Que plan tienes con mi hija? Me dijo.
No entendí muy bien que me quería decir, sinceramente, estaba tan nerviosa y cagada hablando mal, lo siento, que no lograba entender nada.
Vi a mi novia con la cara descompuesta, de haber llorado, y era todo demasiado irreal.
-¿Cómo que qué plan, a que te refieres? Contesté confusa.
Después de ahí, os prometo, que si os soy sincera, no recuerdo nada.
Lo último que recuerdo es:
-Si la quieres déjala en paz, déjala tranquila. Esta confundida, ella no sabe lo que quiere. No es como tu, tu la estas confundiendo. No la vas a volver más. ¿Déjanos tranquilos, vale?
Y yo le dije:
¿Pero tu me quieres, o estas confundida?
Mi  novia asintió, que ella estaba enamorada de mí. Que no estaba confundida.
A lo que volvió a “interrumpir” la madre, diciendo que no, que estaba confundida.
Así tal vez, puede parecer una conversación súper cordial, súper pacífica, pero creerme que no.
Ahora si que sí, lo ultimo que recuerdo es a mi novia irse para el coche llorando, sin poder mirar atrás ya que no la dejaba. Lo único que pude hacer es sentarme al suelo a llorar, no podía hacer nada más. Recuerdo muchísima gente a mi alrededor, muchísima. Gente diciendo: ¡DEJARLA EN PAZ JODER, LA AGOBIÁIS! ¿Qué te pasa Rebeka, que ha pasado? ¡Joder… la que se ha liado!
No se el porqué, me levanté, fui a una farola y empecé a pegarle patadas y puñetazos, después a un árbol exactamente lo mismo.
Ella lo estaba viendo todo desde el coche, ya que aun no se habían ido.
Me senté en un banco a tranquilizarme, a lo que paso el padre, sin mirar, como es normal.
Mis amigos Sandra y Miguel Ángel, me dieron la opción de ir al trabajo del padre, a hablar con el. A ver si se podía entender algo.
Yo me esperé en las escaleras, pensando que no podía estar pasando, que eso tenía que ser una pesadilla.
Los escuché bajar.
¿Qué tal ha ido, que ha dicho? Dije con alguna esperanza.
Que ella es más de ellos que tuya, que lo siente, pero es así.
Subí al autobús, no sabía que hacer. Sinceramente, si me metía en casa iba a hacer alguna locura. 

Llegué y me puse a llorar desconsoladamente.  Puse la música a tope, para ser exactos, la canción de LightHouse Family – High (forever you and me) y As long as you love me de Justin Bieber.
¿POR QUÉ? Joder, ¿que he hecho de malo? ¿Le he hecho daño, le he pegado, la he puesto en contra de ellos, la he llevado al mundo del alcohol, al de las drogas, soy mala gente…? Lo que mas me molestaba era eso. 

Que yo solo la estaba haciendo feliz, y por eso, solo por eso, me han separado de ella.
Fui al trabajo de mi tía, ya que trabajaba en un centro de psicología y logopedia, y necesitaba ir a algún centro no estar en casa. Me dijeron que lo que había hecho la madre era denunciable, que un adulto no puede hablar a una menor amenazandola, pero yo no quería liarla más. Aunque fuí idiota por no denunciarla.
 No podía parar de llorar, no me había pasado JAMÁS algo similar, jamás.
Llegué a casa tras tranquilizarme un poco, no podía dormir. 

Ella no tenía ni móvil, ni ordenador, ni nada que pudiera hacerme saber como estaba. Aunque era obvio su estado. 
Hablé con su hermana, y me dijo que no iría al instituto al día siguiente, que estaba castigada sin ir al instituto. ¿Suena irónico, no?
No pude dormir en toda la noche, me levanté de la cama a las 07.00 de la mañana, encendí el ordenador, y puse a reproducir la canción As long as you love me, una y otra vez. Fue mi mayor apoyo.
Fuimos dirección al instituto, mi madre, mi tía y yo, para hablar con la directora de lo que había sucedido. Estaba hundida, sabía que hoy no la vería, fui a la frutería a comprarme una manzana, ya que no había comido nada de nada desde el día anterior a las 14.00 horas.
Decidí ir a dejar la mochila arriba a clase, por el pasillo me iba encontrando a gente, me paraban. ¿Qué tal estas? ¿Mejor?
No podía disimular mi cara, hinchada, ojeras… No no estoy bien, gracias. He de ir a dejar la mochila, contestaba.
Cuando estaba llegando al final del pasillo, dispuesta a girar ya para entrar al pasillo de mi aula…
 

dilluns, 23 de setembre del 2013

Capítulo XI: Empieza el cambio, toca empezar a luchar

Para mi estar en el instituto ya empezó a ser muy incomodo, bastante incomodo. Tenía la sensación de que todo el rato nos vigilaban (sensación cierta), y no me sentía para nada a gusto. Estábamos en el patio, y un profesor delante paseando, vigilando. ¿Hace falta? No, creo que no.
Llegó Diciembre, exactamente el día 21 de Diciembre.  El supuesto fin del mundo, y en verdad, aunque no teníamos la menor idea, eso iba a suceder en cierta manera.
Era hora de recoger las notas, habíamos quedado para comer un grupo de gente al acabar la entrega y luego yo me iba a quedar con ella por ahí, dando una vuelta, o pasando el rato.
Llego la hora de que entrara ella, la verdad es que yo estaba bastante inquieta ya que no sabía que podría ocurrir allí dentro.  ¿El tutor diría algo? ¿Qué pasara si se enteran? No podía dejar de pensarlo.
Yo ya no estaba en la escuela,  me fui a buscar a una amiga mía al instituto, lo cual significa que no sabía absolutamente nada de ella.
Estaba demasiado nerviosa, no sabía si vendría a comer, no sabía que iba a ocurrir.
Hasta que de pronto me entero de que ella si que vendría, me alivió bastante el saberlo.
Cuando llegó ella en el autobús y se bajó, me dijo:
He de contarte algo.
Yo ya me temía lo que había sucedido, así que me “preparé” para escucharla.
Mi tutor lo ha dicho, siguió.
Estábamos en la entrega, y ha dicho:
¿Cuenta lo que haces con Rebeka en los pasillos,no?
Y yo he contestado, pues que besarte. -Acabó.
Puedo recordar como por dentro pensé, la hemos cagado, sinceramente.
Pero eso no era lo peor, tuvo que decirlo. Tubo que decir que yo era y soy su pareja, y bueno…
La verdad es que no quiero imaginarme la situación, no quiero imaginarme los pensamientos que rondarían por ahí en esos momentos, y tampoco quiero imaginarme las caras al decirlo.
Me contó que en teoría no la iban a dejar venir a comer, porque sabían que iba yo, pero consiguió venir. 
Pasamos el mediodía juntas, y parte de la tarde también.
Fue un día genial, la verdad. Recuerdo que ella tenía el móvil en silencio, y cuando fue a mirar la hora, vio que tenía unas 6 llamadas perdidas, y tuve que salir corriendo para evitar que me viera con ella.
Ese día empezó ya el tema de ir corriendo por los sitios, para evitar que me vieran con ella, etc. Faltaba poco para que todo eso que creíamos que nos iba genial, que era precioso y perfecto, se acabará.
Empezaba la hora de luchar por lo nuestro, y no darnos por vencidas en ningún momento.
Iba a ser duro, muy muy muy duro. Pero me quiere, la quiero, nos queremos, queremos estar juntas ¿hace falta algo más? No, no hace falta nada más. Paciencia, solo eso.

Desde ese día, creo que nos propusimos una cosa… Para ti yo, y para mi tú. Siempre, pase lo que pase.



                        

diumenge, 22 de setembre del 2013

Capítulo X: Iba todo demasiado bien para ser verdad

Estaba viviendo un sueño, estaba saliendo con la persona que se había “apoderado” de mi en tan solo unos minutos, estaba saliendo con quien me decían que era imposible.
Los días que pasaba junto a ella en el instituto eran perfectos.
A las 8.25 nos encontrábamos, entrabamos juntas al instituto, me acompañaba a clase y yo esperaba mirando en la puerta como llegaba ella a la suya, deseaba que fueran las 10.20 para poder estar con ella en el patio, me encantaban los patios con ella. Me sentaba, ella delante de mí, y la abrazaba. Me podría quedar así días y días, no me importaría sinceramente.
Luego subíamos a clase de nuevo, en cuanto podía escaparme iba a verla, porque la echaba tanto de menos aunque solo hiciera 1 hora que no la veía… Llegaba la 13.35, y nos íbamos a comer, y a las 14.40 nos volvíamos a encontrar en aquel parque de delante del colegio. Me encantaba cuando la veía venir por el paseo.
Todo era increíble, mejor de lo que nunca había imaginado.
Una tarde como otra cualquiera, cambiaría nuestra suerte.
Sonó el timbre de las 16.50, lo cual quiere decir, que el horario escolar había terminado. La fui a buscar a clase, ella salió tarde, por lo tanto, ya no había tanta gente como normalmente había por los pasillos.
En cuanto la vi, la bese, para despedirme, como es lógico. Ya serían alrededor de las 17.00 horas.  Con la “mala suerte” que una profesora nos vio.
Que sea la última vez que volvéis a hacer esto en el colegio, dijo.
¿Enserio? Hay miles de pareja comiéndose la boca en medio del pasillo, en horario escolar, y ahora que yo le doy un simple beso delante de dos personas, y  tu, querida profesora, ¿me vienes a decir esto? Me ofendió, me ofendí muchísimo. Así que decidí que eso no se iba a quedar así.
Al día siguiente, fuimos a hablar con la directora, a explicarle lo que había sucedido. Maldigo el día en el que se me ocurrió ir, porque a raíz de ahí, ya empezó todo.
Nos dijo que estuviéramos tranquilas, que no mal interpretáramos lo que dijo esa profesora. Que no tenían nada en contra de las parejas homosexuales (PERMITEME REÍRME EN TU CARA, FALSA) y que olvidáramos el tema.
En un primer momento, la creí. Bueno, la creímos, o eso creo.
Aunque perdió toda la credibilidad que tenía, aunque fuera poca, en cuanto empezamos a notar que los profesores nos vigilaban. Esto ya era pasarse.
Empezaron a inventar que íbamos juntas al baño en horas de clase (MENTIRA), hasta el punto en que un día la profesora de matemáticas, abrió la puerta del baño, y le dijo a otra profesora que había allí (la misma que nos dijo que no nos volviéramos a besar y blablabla) tranquila, que no están haciendo nada.
¿Pero tu eres gilipollas, o de pequeñita te diste con el canto de la camilla al nacer?
¿Como se puede ser tan antiguo? De verdad, en ese instante, me dieron ganas de coger la cabeza de esa profesora, meterla dentro de la taza del wc y tirar la cadena. Suena cruel, puede, pero mas cruel que todo lo que nos iban a hacer pasar esta gentuza no había nada.
Pero tranquilos y tranquilas, que esto acababa de empezar. No estaban contentos ni con eso, necesitaban hacer algo más. 

                                 

dissabte, 21 de setembre del 2013

Capítulo IX: Algo más

Al día siguiente, decidimos quedar, era Sábado. Así que quedamos para ir al Gran Via 2. Mi mejor amigo, la hermana de ella, ella y yo. Recuerdo que llegó tarde, y yo ya estaba nerviosa. No quiere venir, se arrepiente de haber estado conmigo… pensé.
Pero apareció por las escaleras mecánicas, me sentí aliviada al verla.
Todo fue perfecto, íbamos por el centro comercial de la mano, yo detrás de ella rodeándola con los brazos mientras andábamos, no sé… me encantó ese día, fue muy especial también, aunque bueno, si es a su lado como para no.
 Cuando llegué a casa, me plantee el pedirle salir, pero creía que era demasiado pronto. ¿Y si ella solo quería estar así, sin compromiso? ¿O le daba miedo el ser mi pareja por el que dirán? Así que decidí hablar con su hermana haber que opinaba.
No recuerdo como fue la conversación, solo sé que me dio ánimos para que le pidiera salir.
No sabía como hacerlo, nunca y cuando digo nunca es NUNCA, había pedido salir a alguien en persona. Siempre había sido por Facebook o vía E-mail. Pero a ella tenía que pedírselo en persona, no podía ser tan “patética” de hacerlo mediante una red social, y menos después de lo bonita que era nuestra historia. Bueno, nuestro principio de la historia.
Esperé a que pasara la semana, y el día 4 de Noviembre, se me ocurrió hacerle una pregunta mientras hablábamos por el Facebook.
Fue la siguiente:
¿Te gusta el numero cinco?
Ella lo entendió a la primera, os explico por si vosotros no lo habéis entendido. Era Domingo día 4, y yo tenía pensado pedirle salir al día siguiente, es decir, día 5 de Noviembre. De ahí viene la pregunta.
Ella me respondió que si, y bueno, la verdad es que ya no sería sorpresa, ya que se lo esperaba. Me sentí bien al ver que ella sonrío cuando se lo dije, y no puso ninguna cara extraña.
Llegó el esperado día 5, es decir, Lunes. El día transcurrió normal, estuvimos en clase, sonó el timbre de la una y media, y nos fuimos a comer. A las 3 del mediodía, apareció de nuevo ella. Mis nervios empezaron a volver, eran los mismos que el día de los tres besos. Estaba ansiosa por pedirle salir, por saber su contestación, por empezar una etapa de mi vida, que sabía que iba a ser perfecta. Pero es que para mi eso era nuevo, no sabía como hacerlo.
Estábamos subiendo las escaleras del colegio, y al llegar a mitad de la quinta planta me paré, la miré, y le dije sin más:
¿Quieres salir conmigo? Pude notar como me ponía roja, pude notar el frío y calor que recorría a la vez por todo mi cuerpo, esperando una respuesta.
A lo que ella me contesto:
Si, tonta. Y me besó.
Sonreí, y la abracé. Después de sufrir los comentarios tipo:
No luches, es una tontería.
Es imposible que salgas con ella, no conseguirás enamorarla.
Ríndete, sigue con tu novia, y ves a lo fácil.
No eres un tío, no le gustaras.
Después de no rendirme en ningún momento, no darme por vencida pese a todo, después de tratarla bien, como se merecía, después de hacerla sentir especial. Después de todo esto, ahora estábamos saliendo. Éramos una pareja.
Pero no una pareja como todas, lo nuestro era de verdad.
Todo iba demasiado bien para ser verdad. Poco faltaba para que llegara lo peor.




divendres, 20 de setembre del 2013

Capítulo VIII: Los imposibles existen solo si tú crees en ellos.

Exacto, habéis leído bien. La chica hetero me había besado. Y yo no di el primer paso, yo no la obligué, es más, le dejé bien claro que no quería que hiciera nada ni por pena, ni por “obligación”, aunque es obvio que yo no iba a obligar a nadie a besarme, ni a tener nada conmigo, es de locos.
Me sentía como en una nube, nunca antes me había pasado algo similar.
Al fin bajó Sandra, y digo al fin, porque estaba muerta de la vergüenza y muy cortada. Ellas dos empezaron a hablar, yo me suponía que del beso, de que había pasado al final, si le había gustado, si había aclarado sus sentimientos, etc.
Yo la noté tan rara, no sé… no me miraba, no me hablaba, ese día era cuando se iba a determinar si entre ella y yo habría algo mas, o eso se quedaría en tres besos y fin.
No quería desanimarme tan pronto, pero yo veía que algo no iba bien. ¿Después de eso por que no me hablas, ni me diriges una mirada?
Buf ya la he perdido, tenía una sola oportunidad y la he desaprovechado por completo, ahora ya no hay vuelta atrás y las posibilidades que tenía ya no las hay, no entiendo que habré echo mal…-pensaba sin parar.
Al día siguiente, para sorpresa mía, en vez de darnos dos besos, nos dimos uno (supongo que me entendéis), para mi eso fue un shock, perfecto, estaba todo bien. No la había cagado.
Llegó el día del túnel del terror que hacían en Bellvitge, sinceramente, no recuerdo la fecha. Juraría que era el día después de los tres besos, aunque no estoy muy segura.
Pero creerme que la fecha no es lo más importante para mí.
Estábamos esperando para entrar en el pasaje (yo en verdad estaba cagada por entrar, no quería, sinceramente) pero digo, Rebeka, no te rajes, que si entras tienes posibilidades de decirle va no tengas miedo, y la abrazas (todo planeado, si) aunque seguro que la única que hubiera tenido miedo ahí dentro, hubiera sido yo… jaja
Cuando estábamos a nada de entrar, me dijo que no quería entrar, yo le insistía en que si, que no pasaba nada que yo entraba que no me importaba.
Al final, me convenció y nos fuimos a dar una vuelta. Estuvimos hablando, estaba muy a gusto con ella, como para no estarlo.
De repente llegamos al Parque Nuevo, un parque bastante grande de Bellvitge.  A lo que iba hablando, se para de golpe, y me besa. La miré, y le devolví el beso. No podía creerlo, no puede ser verdad. Y nos empezamos a besar, era tan bonito, era de noche, detrás de unos árboles y la única luz que había era de una solitaria farola que estaba detrás nuestra.
Me flojeaban las piernas, y estábamos en una pequeña cuesta de césped, que por poco pierdo el equilibro, y rompo todo el romanticismo que había. Finalmente, la abracé, la abracé lo mas fuerte que pude. Era hora de irme a entreno, tenía fútbol. Maldigo el día en el que decidí empezar a hacer futbol. Si no fuera porque tenía un compromiso, me hubiera quedado allí con ella mas tiempo, pero no importa.
Me acompañó hasta el polideportivo de mi equipo, y se quedó un rato viéndome entrenar. Luego tubo que irse, era bastante tarde ya.
Gracias, gracias por esa tarde.
Todo iba sobre ruedas, esto no ha hecho mas que empezar pequeña.



dijous, 19 de setembre del 2013

Capítulo VIl: Si luchas, ganas

La semana fue avanzando, ya estábamos en Octubre.
Me empezó a insistir en que dejase a mi pareja, en que no hacía nada bien estando con una, y queriéndola a ella.
Esas ganas de que la dejara, me llevaron a pensar que tal vez, ella quería que la dejase, para dar algún paso… Cualquier excusa era buena, para darme un poquito mas de motivación a mi misma.
Finalmente, decidí dejarla. Era el día de cortar con ella, sería duro, pero no podía seguir así.
Lo hice de la manera mas cobarde y rastrera que se puede hacer, lo sé. Y este error ya lo había cometido anteriormente con otra pareja.
Le envíe un mensaje desde el móvil, diciéndole que teníamos que hablar. Y allí lo deje, hasta al cabo de un par de horas, que me conecté desde el ordenador.
Le expliqué que quería que nos diéramos un tiempo, ya que yo estaba mal, por la separación de mis padres, y que necesitaba un poco de espacio. La peor excusa que pude poner nunca.  Con esto no quiero decir que con la separación de mis padres, no lo he pasado mal. Al contrario. Pero no era por ese motivo, ya lo sabéis. Creo que tendría que haberle dicho la verdad, pero llevábamos 7 meses, era bastante tiempo, y eso dolería.
Me pregunto si podía llamarme, que necesitaba hablar conmigo, pero yo no cedí. De verdad, lo reconozco, me porte muy mal con ella. Y lo sé.  Pero eso me iba a pasar factura tarde o temprano, ya veréis porque lo digo.
Le comenté a la chica de la sonrisa que, ya había cortado con ella, y que bueno, que ahora ya estaba todo como tenía que estar.
Llegó el día 25 de Octubre, un día que jamás olvidaré.
Estaba en clase con un amigo, nuevamente Adrián. ¡La verdad es que aparece en todos los buenos momentos, es como un talismán ya casi! A lo que iba, estábamos en clase, y por el correo del colegio, la chica de la sonrisa y Sandra (una amiga del instituto) me enviaron un mensaje con una fotografía de los Picos de Europa. Yo pillé la indirecta a la primera, para que mentir. No me las doy de lista, pero eso era obvio.
Por quien no lo comprenda. PICOS de Europa -> Pico equivale a beso corto
La verdad es que la idea había sido genial, y era una buena indirecta. Una sonrisa se dibujo en mi rostro, y empecé  a ponerme demasiado nerviosa, mas de lo normal.
Acompañamos a Sandra a casa de un amigo, y la chica de la sonrisa y yo nos quedamos en el portal esperando. Recuerdo perfectamente ese día, no podré olvidarlo nunca, de veras. Me senté en unas escaleras que habían, y allí me quede con ella, esperando a que Sandra bajara. En eso que la chica de la sonrisa se levanta, y me hace levantarme. Nos miramos, y nos abrazamos, así sin más. Estuvimos un buen rato así, hasta que se apartó un poco de mi y me beso. No una vez no, si no tres.
¡DIOS MÍO, NO PUEDE SER! Mi corazón se aceleró, noté como el suyo también latía a un ritmo que no era normal. Y nos abrazamos de nuevo. Estábamos demasiado nerviosas. La mejor sensación que he podido tener nunca. Perdonad, pero es que no lo recuerdo bien… ¿esta era la chica que me decíais que era imposible que se fijara en mi, no? Pues me ha besado.

Capítulo VI: Las cosas están cambiando

¿Pero cuando llegara el dichoso momento de estar juntas? Yo sabía que si no luchaba no iba a conseguir nada. Así que día tras día, con respeto, la trataba de manera diferente para intentar que por lo menos se fijara un poco en mi. Para mí, todo eso, era como estar en un cuento. De verdad, mucha gente lo dice porque queda tan romántico decirlo… pero cuando se siente, os aseguro que es la mejor sensación del mundo.
Aún no había conseguido nada, nada de nada. Pero como me veía tan segura de mi misma, y no me di por vencida en ningún momento, no me sentía estúpida por tener esa sensación de “cuento”.
Llegó el día en que íbamos a pasar la tarde juntas, sinceramente, no recuerdo bien el porqué, pero fuimos a un campo de fútbol. El de la Unificación Bellvitge para ser mas exactos.
Fue un día para olvidar, sinceramente, ya que hubieron pequeños mal entendidos. Me decían que ella quería tener algo conmigo, que quería “liarse” esa misma tarde. Y no, eso no era, era todo lo contrario. Esa tarde ella no quería nada, era demasiado “pronto”, y tenía que pensar las cosas mas detenidamente antes de hacer algo que pudiera hacerme daño. Y de verdad, no sabéis como valoro eso.
Recuerdo que estábamos andando, hablando para haber si arreglábamos ese mal entendido. En eso que yo me puse a llorar, y le dije con lagrimas en los ojos, algo que nunca había dicho a NADIE en la cara:
- Pero es que yo te quiero joder
Me salió solo, no se como pude decir eso, con lo vergonzosa que yo soy, y mas a la cara. Recuerdo perfectamente su cara de: Oh dios.. lo que me ha dicho. Sabía que eso le había impactado. No sabía si para bien o para mal, sinceramente.
Ese día mis esperanzas se redujeron bastante, ya que había sido un palo muy grande para mi, el pensar que esa tarde iba a pasar algo,  y luego me encuentro en que ella no quería nada.
Al llegar a casa, me conecté y pusimos la cámara en el ordenador.
(He de mencionar, que yo ahí aún tenía novia, si…) Pusimos la cámara como ya he dicho, y empezamos a hablar. Ella me decía que no me quería hacer daño, que no quería hacerme ilusiones, que si probaba a besarme y no le gustaba pues que lo sentía mucho, pero que la entendiera, ya que nunca antes había estado con una chica, y no se había encontrado en esta situación que era nuevo para ella.
Yo obviamente, como no podía ser de otra manera, la comprendí. Sé que no tiene que ser fácil.
Nos pasamos la tarde entera llorando en el ordenador. En ese rato, me di cuenta de que tiene un corazón enorme. Que estaba llorando por el miedo a hacerme daño, que se estaba preocupando por mi. ¿Puede ser más perfecta? Pf..
Finalmente la cosa se tranquilizó, y seguimos hablando normal, como si nada de eso hubiera pasado.




dimecres, 18 de setembre del 2013

Capítulo V: No puedo creerlo

Le expliqué a Adrián que ella me había esperado, que me había dicho que no pasaba nada, que  me había abrazado y dado un beso en la mejilla.
Había pasado ya un cuarto de hora, y seguía notando sus labios rozando mi mejilla. Algo muy extraño, pero me encantaba esa sensación.
Aún podía sentir el latir de mi corazón a un ritmo fuera de lo normal, como si hubiera acabado un partido de fútbol a la máxima intensidad.
No quería hacerme ilusiones, pero algo se había encendido dentro de mi, que me decía que era momento de ponerse a luchar por lo que quería.
Sabía que no iba a ser fácil, ni muchísimo menos. Pero tampoco imposible. Los imposibles no existen. La única cosa imposible que existe en este mundo, es revivir después de la muerte. Eso es lo único, lo demás, es complicado, difícil, duro, etc.
A partir de ahí, yo sinceramente, veía que la chica de la sonrisa me trataba diferente. ¿Por pena? Pues lo mas probable. También tenía un poco de esperanza en que fuera porque estaba empezando a sentir algo por mí. Pero esa esperanza solo ocupaba un 2% y exagerando.
La gente me decía;
- ¡No pierdas el tiempo…!
- Ahora ella se sentirá mal y a lo mejor la haces estar incómoda
Miles de frases que me hundían, obviamente, pero a la vez me daban mas ganas de seguir luchando, para conseguirlo y decirles:
¿VEIS? ¡LUCHANDO SE CONSIGUE TODO LO QUE TE PROPONES! ¿NO ERA IMPOSIBLE? PUES MIRAR, OS COMÉIS LOS MOCOS AHORA.
Sabía que para que yo llegara a decir esa frase, tenía que pasar MUUUUUCHO tiempo.  Pero no perdía las ganas de intentarlo.
Me estaba los días con ella, siempre me abrazaba, o me apretaba la cara y me daba un beso. Cosas que a mi, me hacían coger fuerzas. Empezaron a salir los típicos listillos de turno a decir, que me estaba haciendo ilusiones, que me abrazaba y me besaba y finalmente me mandaría “a la mierda”, y que me estaba engañando. Eso nos dolió, tanto a ella como a mí. Yo sabía que no lo hacía para hacerme daño, lo hacía porque a ella le salía hacerlo. En el fondo, tanto ella como yo, sabíamos que estábamos destinadas a estar juntas. Solo que no sabíamos cuando llegaría ese momento.

Capítulo IV: Lo siento

Acabado el concierto, mi aún pareja pero no por mucho tiempo mas, se quedo a dormir en mi casa, ya que acabo muy tarde, y no podía irse sola hasta su pueblo. 
Sabía que ese era el último día que la iba a ver, y sintiéndolo mucho, para mi ya no había nada mas que una amistad. Me sabía tan mal… No soy de hacer daño a las personas, o eso intento, pero sé que lo iba a hacer. Lo mejor hubiera sido decírselo a la cara, pero no, soy demasiado cobarde como para hacerlo.  Tenía pensado dejarlo el mismo día que ella volviera a su casa, pero es que no, mi cobardía de nuevo. Esperé unas semanas, un par mas o menos, no recuerdo exactamente. Hasta que ella me pregunto;
¿Qué te pasa.. estás rara…?
A lo que conteste;
Nada... ya sabes, la separación de mis padres, (Cosa que no he mencionado aún, ya os lo contaré) que sabes que es de las peores cosas que me han podido pasar.
Me contesto que ella estaba para eso, para alegrarme, para intentar hacerme sonreír.
¡LO SIENTO, pero yo quiero que mi sonrisa la provoque otra chica! Pensé.
Siento tener que informaros, que tampoco la dejé este día.
Decidí contarle a un par de amigas lo que sentía por Mar, ya que no podía ocultarlo más. Lo siento, tenía algo demasiado fuerte dentro, que necesitaba compartirlo. Aunque sabía que si lo decía, mis esperanzas y mis ganas de luchar, serían pésimas. Ya que empezarían los típicos comentarios de:
-Rebeka, es heterosexual, le gustan los tíos, ya lo sabes.
-Si es que vas a lo imposible siempre…
-Bueno tú sabrás que haces…
Aunque seguro que también habría alguien que me diría, aunque solo fuera por pena;
-¡Inténtalo!
Pero yo sabía que esas palabras solo eran para consolarme, ya que nadie lo veía posible.
Un día como otro cualquiera, en el recreo, me enteré que la chica de la sonrsa sabía que me gustaba.
Me quede de piedra, un frío bastante extraño me recorría por el cuerpo, notaba una molestia en la nariz, que sabía que eso, finalmente, serían lagrimas. De impotencia, de rabia, de pensar que la perdería como amiga.
Lo único que se me ocurrió hacer en ese momento fue llorar, y pelearme con la pared.
¿Ahora que eh, ahora que..? ¿La pierdo como amiga también? ¡me cago en la puta!
Que vergüenza, ahora sabe que me gusta. ¿Y que pensará de mi ahora?, seguro que no se me acerca más.
Y sonó el timbre de que el patio había finalizado.
La miré, me miró y se espero a que yo subiera.  Yo me hice la loca, como si no me hubiera enterado de nada. Iba con un amigo en ese momento, y le dije:
Adri porfa tío, tápame que esta ahí.
Ella vino, me abrazó, me dio un beso en la mejilla, y me dijo:
No pasa nada tonta.
Me puse a temblar, la chica de la sonrisa, la niña de mis ojos. Ella, se había acercado después de saberlo. Pf... por lo menos sé que no la he perdido. Es tan perfecta. Pensé.
Y subí a clase, echa un flan, y lo expliqué a mi compañero.

Capítulo lll: No quiero engañar a nadie


Los días pasaban, y mis sentimientos hacía ella iban siendo mas fuertes a medida que pasaban los segundos, yo lo notaba.
La verdad es que yo ya tenía claro, que sintiéndolo mucho, no sentía nada por mi (aún) pareja. El único motivo por el que estaba con ella, era por el simple hecho, de que en el mes siguiente (Octubre) teníamos que ir juntas al concierto de la cantante y compositora estadounidense, Lady Gaga, y yo le prometí que ella sería mi acompañante.
Ese era el único “consuelo” que tenía, y yo seguía con la esperanza de, mientras que yo estaba a la espera del concierto, mis sentimientos hacía la chica de la sonrisa que me enamoró, se desvanecieran al igual que me paso con mi pareja.
Pasaban los días, y nada cambiaba. Llegaba a casa con las únicas ganas de que fuera el día siguiente para volverla a ver. ¿Ganas? Creo que era más que eso. Tenía NECESIDAD de que fuera otra vez las 8.25 para volverla a ver.
Finalmente me dije a mi misma que esto no podía seguir así, que yo me había ENAMORADO de verdad, de alguien que ni si quiera se había fijado en mi, y yo no podía seguir engañando ni a mi pareja ni a mi misma. Así que decidí que en cuanto pasara el concierto, yo le pediría un tiempo (si un tiempo, soy demasiado cobarde como para cortar, me sentaba fatal) y así, yo podría estar con la conciencia “tranquila” de que no estaba engañando a nadie.
Al fin, llego el esperado 6 de Octubre, a pesar de que Lady Gaga es mi vida, y es quien me ha ayudado a seguir a pesar de que no sabe ni quien soy, no tenía muchas ganas de ir.
¿Por qué? Sencillo. No tenía ganas de besar a alguien, mientras pienso en otra chica, lo veo algo cruel. Llegó la hora del concierto, no podía dejar de pensar en ella, era algo tan extraño. Es que jamás me había sucedido nada igual, esta chica era especial, muy especial. 
Entramos dentro del Palau Sant Jordi, mi emoción era cada vez más grande. Me encantó la sensación de nerviosismo que se basaba en pensar en ella, y saber que tendría a metros a mi ídolo, y porque no decirlo, una gran parte de mi vida.
Empezó el concierto, mis lagrimas se inundaron, puedo recordar perfectamente  a Gaga entrar con su caballo metálico, cantando Highway Unicorn (Road to love).
Fue avanzando el concierto, hasta que Gaga, sentada en su Harley/piano, empezó a tocar la canción You & I (tu y yo). ¿Y sabéis quien se me vino a la mente? La chica de la sonrisa.
Y no se me ocurrió otra cosa, que llamarla. ¿Indirecta? Tal vez.
Sé que no lo hice adrede, recuerdo que le dije que la llamaría. Pero el destino fue el que decidió que la llamara en esa misma canción. En la canción YOU & I. 

Capítulo ll: Confusa, demasiado confusa. ¿Qué hago?

Ella era la razón de que este año, iba a ser muy distinto de los anteriores.
Ese pelo rubio, esa mirada que me enamoró desde un primer momento, esa manera de ser que me encanta. Esa era la razón.
¿Por qué me he tenido que fijar ahora, si hace un año que te conozco? ¿Por qué me he tenido que fijar en ti, si tú antes me caías mal? ¿Qué esta sucediendo Rebeka? ¿Qué has visto ahora en ella que no viste el año anterior?
A día de hoy, sigo haciéndome esas mismas preguntas. El porqué, pero no lo encuentro. Pero me encanta el no saberlo.
¿Tal vez porque no me había parado a fijarme en ella? ¿Tal vez porque antes la veía pija y “repipi” y no era mi estilo? Pues tal vez será eso.
Pero ese día de Septiembre, a la 13.35 no lo olvidaré jamás. Recuerdo que ella iba con una camisa tejana, el pelo extremadamente largo, liso y rubio. Me encantó como le quedaba la camisa, y luego, sin apenas darme cuenta, me fije en su sonrisa y en la manera de hablarme. Ese, fue el momento, en el que olvidé todo lo que me rodeaba. Solo estaba ella, solo existía ella y su sonrisa. Y en ese preciso instante, yo, no necesitaba nada más que eso.
Me intentaba convencer de que no podía ser, que tenía pareja en ese momento, que yo estaba “enamorada”, pero no. Yo no mando en mis sentimientos, me quedó claro.
Ese mismo mediodía, ella fue a comer y luego a las 14.50 nos rencontramos de nuevo (con un par de amigas mas)y ella, para entrar al instituto. Recuerdo perfectamente que estábamos esperando en un banco mis amigas y yo, a que ella llegara. Y mi corazón se aceleró demasiado al verla venir de lejos. Llego y no podía dejar de mirarla, en eso que ella se acerca a mi, y me da un “cabezazo” flojo, y acerca la cabeza a la mía. ¿POR QUÉ? ¿Por qué estas haciendo esto? Maldita casualidad que el mismo día que me fijo en ti, que estoy intentando convencerme de que no es lo correcto enamorarme de alguien que no es mi pareja, y que estoy intentando recomponerme de lo que he sentido antes… ¿¡ahora vienes y te acercas a mí de esa manera!? Estupendo. Recuerdo que le dije;
- ¿Puedes no darme mas cabezazos por favor, que me haces daño?
Aunque realmente lo que yo pensaba era;
- Vuélvelo a hacer, pero como te vuelvas a acercar tanto, si te beso, yo no tengo la culpa.
Entramos a la escuela de nuevo, y no pude parar ni un solo instante de pensar en lo que había sucedido.
Necesitaba decirle a mi novia (en ese momento) que no podíamos seguir, que en cuestión de segundos lo que sentía por ella se había desvanecido, no existía. Para mi era como una amiga mas, ya no la veía como mi pareja.
¿Pero como se lo digo? No quiero hacerle daño. Pero tampoco puedo estar con ella por “pena” y besarla pensando en otra.
¡No, no me atrevo! No puedo decirle de dejarlo.
¿Y si me arrepiento? ¿Y si luego de verdad la quería a ella y esto era solo un pequeño “lapsus”? Con la otra chica es imposible estar, es heterosexual. ¿Qué va a querer conmigo?
Rebeka, es una perdida de tiempo luchar por alguien que no le gustan las chicas.  Así finalmente me “convencí”.
¿Pero sabéis que? En lo mas profundo de mi, aún estaba ese pelo rubio largo y liso, y esa sonrisa increíble que me enamoro en cuestión de segundos.


dimarts, 17 de setembre del 2013

Capítulo I; ¿Que estoy sintiendo?

Bueno, sinceramente no se por donde empezar. Así que intentare explicar esto lo más claro posible. Me llamo Rebeca, aunque prefiero que mi nombre sea escrito con “K”, por estética más que nada. Tengo 16 años recién cumplidos, el 29 de Agosto exactamente. Tenía ganas de dejar la etapa de los 15. Este año se ha complicado todo muchísimo, y realmente, quería dejar esta etapa de mi vida, que no ha sido para nada fácil. Ni lo sigue siendo, para que mentir.
Quiero que la máxima gente posible sepa mi “historia”, así que es momento de empezar, allá voy.
-Septiembre 2012;
Era principio de curso, que pereza empezar de nuevo la misma rutina de siempre. El levantarse pronto, el hacer deberes, el aguantar a los maestros, estar horas y horas en un aula “prestando atención”. Era hora de nuevo de entrar en esa “cárcel” que tanto odiamos.
Pero tenía el presentimiento de que eso iba a cambiar, que este año no iba a ser como los demás. Yo lo presentía, ese año… ese año iba a ocurrir algo que cambiaría mi vida por completo.
Nada había cambiado, llegaba a casa, encendía el ordenador, no hacía deberes, y hablaba con mi pareja (en ese momento). Le contaba como me había ido el día, y ella me contaba como le había ido el suyo. Todo parecía perfecto.
Hasta que llegó un día que las ganas de hablar con mi pareja se desvanecieron por completo. ¿Qué me esta sucediendo? Me preguntaba… pero es que no había manera de encontrar la respuesta.
Hasta que un día de instituto, la sonrisa de una chica, respondió todas las preguntas y aclaro todas mis dudas del porque se perdió todo lo que sentía por mi novia.
Era increíble, era lo mejor que había visto nunca. Mis ojos se iluminaron, yo noté que eso no lo había sentido nunca. ¿Qué te esta pasando Rebeka? ¿Porque sonríes como una tonta al verla…? ¡Tienes pareja! Me repetía yo constantemente e intentaba hacerme entrar en razón de ello. Pero no podía, era demasiado tarde. Esa sonrisa, esa chica, era lo que yo presentía. Ella era lo que presentía, ella sería lo que cambiaría mi vida por completo.