dilluns, 25 de novembre del 2013

Capítulo XIX: ¿Hundida? Es poco.



No sabia nada de ella, cuando digo nada es nada.
No había manera de saber si estaba bien, si estaba destrozada tal y como lo estaba yo, si me seguía queriendo. Por qué claro, a todo esto se sumaba mi preocupación a si me había olvidado. Pasó una semana, y no tenía noticias de ella. Decidí irme a mi pueblo (Cubellas) para alejarme de la monotonía de levantarme por la mañana, sentarme en el sofá a esperar que el móvil sonara, o un simple mensaje. No comer, porqué no comí nada en todo el verano. Y si comía era algo que daba pena verlo de lo pequeño que era. Por la tarde, lo mismo, sentarme en el sofá, sin hacer absolutamente nada, con el ordenador, escuchando música, o ni eso, ya que me “rayaba”. Y finalmente llegaba la noche, eran las últimas horas de esperanzas que tenía de qué sonara el maldito móvil. Pero no, nunca sonaba. No pasa nada Rebeka, mañana sonará, tranquila. Pero ese mañana nunca llegaba.
De acuerdo, me ha olvidado.
Pueblo->Verano->Fiesta->Chicos= Me ha olvidado.
No podía mas, no podía hacerme la idea de que no sabía absolutamente nada de ella, y cuando digo nada, repito, es NADA.
¿Sabéis lo que es pasar una semana entera sin saber absolutamente nada? Son siete eternos días, pensando que ella estaría con alguno, que podría haber conocido a algún chico que le hiciera sentir mejor que yo, alguien con quien le dejaran estar, alguien que le hiciera la vida mas “fácil”.
Pero no perdía la esperanza de pensar que tal vez, ella me echaba de menos al igual que yo.
Aunque si soy sincera, en esos casos, no se piensa eso. Lo pienso ahora que ha pasado todo. Pero en ese momento lo único que me pasaba por la cabeza era: cuernos, cuernos,cuernos.
Sé que ella no sería capaz de eso, pero quien sabe…
Pasé una semana fatal, iba a comer con mi madre y mi abuela para despejarme un poco, pero iba llorando a todas partes. Creo que tuve depresión, la verdad.
Finalmente llegué a mi pueblo, parecía que estaba un poco aliviada, ya que era otro rollo. Podía salir donde quisiera, a la hora que quisiera. Si me apetecía ir a dar una vuelta en bicicleta iba, si me apetecía salir pues también lo hacía. Pero que va, no había manera. No salía de la habitación de mis abuelos en toda la tarde. Con el móvil pegado, y viendo la televisión con mi abuela.  Empecé a crear diseños de mi tatuaje, el cual me iba a hacer unos meses mas tarde.
Era un cinco en números romanos, y un infinito ligado a el. En “honor” al día en que empecé mi relación con Mar.
Tenía ganas de hacérmelo para enseñárselo, pero en cuanto pensaba que tal vez, ella y yo ya no éramos nada, se me caían todas las ganas al suelo.
Estaba obsesionada con el móvil,  a cada dos minutos, y no exagero, le decía a mi madre, a mi tía, o a mi abuela, mirar la última conexión de la prima de Mar por favor, ya que como Mar me habló nada, dos minutos una noche, pues lo tenía.
Pero no había manera de que me hablara por ningún lado.
Hubo un día que no pude mas, mis ganas de levantarme de la cama, y de hacer vida normal eran tan pésimas que decidí arriesgarme a hablar con ella. Pero lo pensé mejor, y le pedí el favor a una amiga. Maria Fernández, no sabe lo muchísimo que se lo agradezco.
Si, la llamó. ¿Os soy sincera? No recuerdo lo que le dijo. Solo sé que me dijo mi amiga, que parecía que estaba con mucha gente, y que no la llamáramos a ese numero, porque la podían pillar.
Cuando me dijo eso Maria, empecé a montarme otra película yo sola.
No quiere que la llamemos, porque ya no quiere nada conmigo, y no sabe como deshacerse de mi…
Cogí el vaso de tila que me estaba tomando, y lo dejé en la mesa.
De fondo escuché la voz de mi abuela:
- Si sigues así vas a caer enferma...

No puedo más, pensé.


diumenge, 3 de novembre del 2013

Capítulo XVIII: Conversación y recuerdos


Rebeka: Ya lo se jefa, pero es que pensaba que te olvidabas de mi, durante el tiempo que no hemos hablado.. ¿A que hora te lo quitan?, ¿Para el viaje te lo dejan, para escuchar música durante el?
Mar: No, no me lo dejan, lo siento..
¡Que va, no me olvido de ti mi vida! Si he pensado todo el día y noche en ti y todo joder

Rebeka: Ya somos dos Mar.. mi tía iba a llamarte a casa y todo, como si fuera una amiga tuya y después hablar yo contigo. Mar te amo muchísimo, y ahora me doy más cuenta que nunca joder… Eres mi vifa, tio..
Mar: Jajajaja aprende a escribir!
Rebeka: Que estoy nerviosa joder, me tiembla todo

Mar: Que mona.. ¿porqué?
Rebeka: Porque te necesitaba nen, llevo desde el día 8 a las 20.43 sin hablar contigo.
Mar: Yo te juro que me desesperaba.. Ahora ni me miro con mi madre, bueno ya te contaré, que esto lo vera mi padre luego, voy eliminando mensajes.

Rebeka: Deja lo bonito! Jaja

Mar: Ya ya, Rebeka me siento culpable por irme sola… me iba a ir el diez en avión.
Rebeka: ¿Pero culpable porqué? No te sientas culpable de nada Mar, si te tienes que ir te vas y no pasa absolutamente nada. Donde tu estés mejor y mas a gusto es donde has de estar.
Mar: Rebeka te amo, lo siento me voy por nuestro bien…
Rebeka: Yo mas! Esta claro que si jefa, no te preocupes de verdad.
¿Cuándo te lo quitan?

Mar: No sé, pero podremos hablar una hora y media al día, media por la mañana y una por la tarde.

Rebeka: ¿Hoy por la tarde también? ¿O solo hablamos ahora?

Mar: Por la tarde también! Pero si hay algún día que no te hablo o lo que sea no te asustes mi vida.
Rebeka: ¡Vale vale! Pero inténtalo, por favor

Mar: Si, hablamos por la tarde.  Lo intento obviamente.

Rebeka: Vale, bueno, yo tengo el móvil todo el rato. Soy una tía pegada a un móvil.

Mar: Jajajajajajaj, ¡de acuerdo! Me quedan cinco minutos solo ya…

Rebeka: Pf vale.. Te amo
Mar: Yo mas. ¿Yo te voy escribiendo vale? Me desahogo en el papel.

Rebeka: De acuerdo... Tu tienes el Facebook lleno de textos… jaja
Pero oye,  ¿no estés mal ya vale? Tú sabes que estaré, y yo sé que estarás.

Mar: Rebeka me lo quitan, hasta luego.. TEAMO
Rebeka: Vale.. YO MÁS

Cuando dejé el móvil después de hablar con ella, empecé a llorar como nunca antes lo había echo. Al fin había hablado con ella, tres días sin saber ABSOLUTAMENTE NADA, aunque no era nada comprado, a lo que me esperaba..
Pasaron unos 2-3 días, volvía otra vez a no saber nada de ella. Le dijeron que le dejarían el móvil, y eso no fue así. Volvíamos otra vez a no saber nada la una de la otra, yo me preocupe porqué no tenía ni idea de porqué no se había conectado tal y como me dijo. ¡Que cojones esta pasando ahora joder!
Empecé a recordar todo lo que había pasado este año, analicé el año al completo.
Recordaba como empezó todo, las primeras conversaciones, las primeras miradas especiales, que aunque no lo sabíamos ninguna de las dos, esas miradas no eran como otras cualquieras. Empecé a recordar nuestro primer beso, lo especial que fue todo. Empecé a recordar cuando aceptó salir conmigo, el principio de una gran historia. Empecé a recordar como en cuestión de días las cosas empeoraron de una manera increíble. Empecé a recordar las peleas que teníamos en el colegio con los profesores. Recordé el día en que antes de acabar el colegio, tire la mesa al suelo, y empecé a chillar a todos los profesores que eran unos hijos de puta, por dejarnos sin excursión tanto a Mar como a mi, a saber por qué. AH SI, se me olvidaba. Por ser una pareja homosexual. Empecé a recordar nuestro último abrazo.
Y no podía evitar llorar, era imposible joder, la amo con locura.

Dos días mas tarde, sin saber nada aún de Mar, quedé con unas amigas para ir al cine y así despejarme.
Cuando empezaban los anuncios, sonó mi móvil. Era Mar, o eso creía. Era un número extraño,  desde una cabina. Cogí el móvil muy ilusionada. Era ella, al fin, su voz.
No recuerdo lo que me dijo, solo recuerdo que colgó muy rápido porque apenas tenía rato para hablar conmigo. Supongo que le dije que la amaba, y que me esperara el tiempo que hiciera falta…
Cuando colgué, algo dentro de mi hizo que no estuviera del todo satisfecha… No estaba muy convencida de su llamada, y empecé a pensar que ya no me quería, etc.
Por la noche, dormía con mi madre  en el comedor, porqué en la habitación me era imposible dormir. Solo hacía que llorar, y pensar en que me dejaría, en que no la volvería a ver porque iba a ir a otro colegio, etc.
Hablé con mi madre, no paraba de decirle: pero es que mama, no recuerdo nada de lo que hemos hablado, no se si estaba simpática, si estaba borde conmigo, si me ha dicho que me quiere, no recuerdo nada, y me da rabia.
Obviamente eso era de todo el estrés y nervios que llevaba encima, por no saber ni hablar con ella.
En cuanto mi madre se quedo dormida, fui a mi habitación, cogí la caja donde tengo TODAS sus cartas, empecé con la primera, no pude leer ni la primera frase. No era capaz de leerlas. No, no lo era.  Me dolía la cabeza de tanto llorar, es que joder, nunca me había pasado nada similar, NUNCA. Ahora se lo que es sufrir por amor. El Karma me estaba devolviendo todo lo que les había echo a mis ex’s.